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Los pactos políticos rumbo a la sucesión presidencial del 2012

JESÚS CANTÚ

 L As elecciones de gobernador en el Estado de México, celebradas el pasado domingo, fueron el banderazo de salida para la sucesión presidencial del 2012; el principal aspirante tricolor, Enrique Peña Nieto, cuidó hasta el último momento que nada se interpusiera en su proyecto de arrasar en la contienda electoral en el estado del que todavía es gobernador.

Pero en plena celebración de su contundente triunfo el actual presidente nacional del PRI, Humberto Moreira, empezó su trabajo rumbo al 2012: expresó la intención de impulsar algunas de las reformas legislativas atoradas en el Congreso de la Unión; y manifestó su interés en lograr un acuerdo con el Panal para ir en coalición en la elección presidencial.

Elba Esther Gordillo, ya se le había adelantado, pues desde el jueves previo, es decir, durante el periodo de veda previo a la jornada electoral, había revelado los términos del acuerdo político-electoral que había celebrado seis años antes con Felipe Calderón. La presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y lideresa real del Partido Nueva Alianza dejaba claro, desde antes de sentarse a la mesa de negociaciones rumbo a las elecciones del 2012, su postura de salida, es decir: esto ya lo tengo, la negociación tiene que contemplar como mínimo lo mismo, pero recuerda que me aliaré con quien más ofrezca.

Más allá de confirmar los términos precisos de la negociación, lo interesante de sus declaraciones es que evidencian que el acuerdo fue político electoral (contrario a lo que el presidente Felipe Calderón declaró en entrevista radiofónica con León Krause), pues ella señala con precisión: "Vino la sucesión y llegamos al acuerdo de ir con el presidente Calderón por la Presidencia de la República, previos arreglos de orden político que no deben avergonzar a nadie...".

Más claro ni el agua: votos a cambio de posiciones en el gabinete; posiciones que le permitían ganar poder en su organización sindical y su partido político: unos, Lotería Nacional, por el acceso a dinero líquido; otros, ISSSTE y la Subsecretaría de Educación Básica (a la que nunca hace referencia ninguno de los negociadores) a instrumentos de control sobre los agremiados, tanto porque participan en el reparto de beneficios, como porque pueden imponer sanciones en el caso de rebeldía de algunos de sus miembros, son sus allegados los encargados de aplicar el premio y el castigo, con los cuales disciplinan a los sindicalizados; y, otro más, el Sistema Nacional de Seguridad Pública, porque da acceso a información privilegiada, que obviamente era muy conveniente para la dirigente.

También dejó claro que estaba dispuesta a negociar con todas las fuerzas y candidatos, con posibilidades reales de triunfo, pues de acuerdo a la información publicada en un periódico, en la edición del jueves 30 de junio, ella relató "que la negociación con Calderón se dio luego que fue imposible tener contacto con el candidato priista Roberto Madrazo -a quien identificó como 'licenciado equis'- después de que la expulsara del PRI; y que 'el otro señor (Andrés Manuel López Obrador) no respondía, no quería hablar con nosotros'".

De acuerdo a la misma publicación, trazó su estrategia para el 2012: "advierte que la estrategia inicia de la misma forma, una vez que se designe a los candidatos habrá un acercamiento con ellos para identificar 'la oferta' y con base en el 'compromiso que se haga, tomaremos la decisión'".

Así los tricolores (pues Gordillo realmente nunca dejó de serlo) están moviendo sus piezas para llegar en las condiciones que ellos consideran óptimas a la contienda presidencial. Si Moreira manifiesta ahora sí la disposición de su partido para apoyar las reformas legislativas, es porque tiene, al menos, tres objetivos precisos: uno, posicionar ante la opinión pública la idea de que ellos siempre colaboraron con los gobiernos blanquiazules, que no son una oposición irracional; dos, tratar de limar asperezas al interior de su propio partido, pues algunas de estas reformas fueron impulsadas por el también aspirante a la candidatura y coordinador de la fracción tricolor en el Senado, Manlio Fabio Beltrones; y tres, venderle al presidente el apoyo de su partido a alguna de las reformas más sentidas a cambio de quedarse con dos de los tres nuevos consejeros electorales que ya urge designar.

Lo lamentable de estas negociaciones y acuerdos es que nadie antepone el interés nacional a sus intereses particulares. Calderón pretende hacer creer que él lo hizo, pero para ello altera y oculta información: el tiempo del arreglo (él afirma que fue posterior a la elección, Gordillo señala que fue antes); los términos del acuerdo (él dice que negoció respetar puestos a cambio de apoyo para la Alianza por la Calidad Educativa (ACE), Gordillo negoció votos por puestos en el gabinete; y sobre la ACE dice que ella la impulsó y accedió a que se aplicaran las evaluaciones educativas); y, finalmente, todos ocultan que la designación del yerno de Gordillo (Fernando González) como subsecretario de Educación Básica fue parte del acuerdo, pues es lo más impresentable de todos los puntos pactados.

La política es negociación y acuerdos, pero para buscar optimizar el bienestar público; no únicamente preservar privilegios particulares o llegar al poder, incluso a costa de burlar la voluntad popular. Conforme se acerque el 1 de julio de 2012 se intensificarán este tipo de negociaciones y acuerdos, hay que estar muy atentos para sancionarlos en las urnas: con repudio a aquéllos que se fundan únicamente en los intereses particulares de las partes; y con apoyo a aquéllos que privilegian el interés público.

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