"Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio."
Facundo Cabral
La mañana del sábado fue atípica. Al prender la computadora poco después de las siete de la mañana la noticia principal de los periódicos de México era el asesinato de 21 personas en Monterrey como consecuencia del ataque de un comando armado al bar Sabino Gordo en Monterrey, Nuevo León.
La nota en los portales informaba que "más de 15 hombres armados con rifles de asalto atacaron a los clientes del bar El Sabino Gordo, lo que dejó un saldo de 21 muertos y cinco heridos, tres de ellos de gravedad".
Escasos minutos después alguien twitteó que en Torreón se habían encontrado diez cabezas humanas en diferentes partes de la ciudad, entre ellas tres del sexo femenino. El hallazgo ocurrió a las seis de la mañana, lo que provocó la movilización de los cuerpos policiacos.
Más tarde, en todos los portales de habla hispana se informaba que el cantautor argentino Facundo Cabral había sido asesinado a tiros por unos desconocidos en Guatemala, cuando se dirigía hacia el aeropuerto internacional La Aurora.
En ese momento una persona twitteó "algo debe estar mal en el mundo para asesinar a Facundo Cabral".
Ese pequeño mensaje, de apenas 140 caracteres, me hizo reflexionar que algo está mal en el mundo, pero particularmente en México y en Torreón cuando los ciudadanos somos rehenes de la violencia.
Pasadas las 8 de la mañana el escritor lagunero Jaime Muñoz escribió en su twitter: "Un hombre con una guitarra llena de palabras. Carajo, qué mundo", refiriéndose al asesinato del cantautor argentino.
Por su parte, el también escritor lagunero y actualmente radicado en el Distrito Federal, Gilberto Prado Galán, escribió en su twitter: "Asesinar con lujo de violencia a un cantautor pacifista es un monumento al absurdo y a la estupidez de nuestra condición".
Al mismo tiempo la Premio Nobel guatemalteca Rigoberta Menchú se mostró horrorizada y resaltaba el grado de violencia que padece su país, "donde -dijo- hay un odio al ser pensante y a la izquierda en particular".
Tras el asesinato del cantautor el periódico El País de España reportaba que 150 personas se habían congregado en la zona de Trébol, donde Cabral había sido asesinado. Quien fuera símbolo de la paz y la libertad con su música de trovador, fue víctima de la violencia de Guatemala. País que actualmente está en medio de un proceso electoral y de ahí que la muerte de cantante adquiera otros matices. Guatemala es considerado uno de los países más violentos de América, ya que tiene un promedio de entre los 17 y 18 asesinatos por día.
Y mientras los lamentos en las redes sociales seguían por la muerte del cantante, en el Distrito Federal, Alejandro Poiré, vocero en materia de Seguridad, ofrecía una rueda de prensa donde decía que los episodios de violencia en Nuevo León, Chalco, Estado México y Torreón, habían dejado en las últimas horas de la mañana de ese sábado más de 40 homicidios. Los cuales eran resultado de una competencia mortal e irracional entre las bandas criminales. La declaración obliga a preguntarse ¿cuándo el crimen ha sido racional?
Nuevamente las promesas de que las fuerzas federales perseguirán a los delincuentes. Discurso que cinco años después pocos creen y que cada vez está más gastado.
Mientras en México las autoridades dicen que van a investigar, en el mundo artistas, intelectuales y políticos condenan el asesinato de Facundo Cabral, también las autoridades de Guatemala prometen esclarecer el crimen y la ONU condena el asesinato. Una condena más como las que se han hecho en México.
Un sábado atípico, de malas noticias, de violencia y asesinatos... tal vez como cantaba Facundo en Vuele Bajo, vale la pena mejor no crecer para no hacer mal: "No crezca mi niño, No crezca jamás, Los grandes al mundo, le hacen mucho mal".
E-mail: Lharanda@elsiglodetorreon.com.mx
Twitter: Lharanda
Escuche podcast: www.siglotv.com
