Pasaron los meses y siete cadáveres que estaban en los refrigeradores del anfiteatro de la Fiscalía General del Estado sin reclamar terminaron en la fosa común.
La autoridad informó que la tarde del jueves fueron trasladados dichos restos al panteón Valle de los Sabinos, para su inhumación tras ser entregados ante el agente del Ministerio Público de la Unidad de Delitos contra la Vida e Integridad Física de las Personas. Uno de los cuerpos enviados a la fosa común es el que se localizó el 23 de febrero en el camino que comunica a Garabitos con el poblado Cieneguitas, del municipio de Durango; junto con éste fue inhumado el cadáver encontrado el 4 de marzo en el poblado Ricardo Flores Magón, cercano a la ciudad de Canatlán.
Ese mismo día se halló un cráneo en el paraje conocido como El Zorongo, ubicado en la región serrana de Pueblo Nuevo, así como otro cadáver de un varón en el predio Canoas.
