Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

MANO IZQUIERDA ...

ÍCARO

Hace algunos días dentro de este diario, en su página de internet, leía una gran cantidad de comentarios por parte de los lectores asiduos sobre un artículo relacionado con el consumo de luz y sus altas tarifas en la región. El debate, como en todo, tenía opiniones encontradas, otras un tanto...

Sobrias y otras muchas efusivas y con un enojo marcado.

La discusión fluctuaba en torno a unas firmas recabadas por algunos diputados que argumentaban representare el encono del pueblo hacia el gobierno en cuanto a las altas tarifas de consumo de luz pagadas, de incluso hasta 30 mil pesos bimestrales que para los sueldos percibidos por la mayoría de los mexicanos parece una burla.

Se decía que la gente empleada en la Comisión, algunos con base otros eventuales, no pagaban el consumo y ostentaban aparatos que hacían que el medidor bailara más alegremente que un dirigente político en campaña, y argumentaban que esta cantidad de gasto no era pagada por los funcionarios o administrativos de dicha Comisión.

Siendo sincero desconozco si pagan una cantidad o es una prestación a los empleados "basificados", pero no me dejará mentir, y sin afán de pronunciarme de un lado o de otro, los empleados que conocemos de la Comisión sí hacen un gasto ominoso de este servicio teniendo luces encendidas hasta en días que no es necesario y en estos tiempos de fresco mañanero y nocturno los calentadores de agua son eléctricos, por lo que el consumo se incrementa sustancialmente. Sé que no son todos, pero sí la gran mayoría.

Del otro lado me parece que también existe responsabilidad, si bien es cierto que las tarifas son aptas para funcionarios públicos por lo elevadas, existen ciertas cosas que como consumidores deberíamos saber. Por ejemplo el checar el medidor periódicamente para conocer el consumo diario, semanal o mensual que una familia tiene, y si es elevado checar por parte de un especialista si existen fugas o conexiones mal realizadas que hacen que nuestro consumo se eleve. Aquí entraríamos en otro tema como el de las constructoras, que por hacer el trabajo barato y construir en serie dejan algunas viviendas en muy mal estado.

Esto posibilitaría que uno acudiera a algún centro de atención, por ejemplo el de Ciudad Lerdo, donde, lo que sea de cada quien, las chicas atienden amablemente para aclarar el alto consumo.

Volviendo a la responsabilidad del Gobierno en el asunto, es bueno recabar firmas, sobre todo porque es el sentir de los ciudadanos, y sobre todo no dejar de lado que son altas las tarifas que se cobran, además de que el uso que los trabajadores le dan a la "prestación" sí parece ser abusiva. La cuestión de las firmas sería un propósito loable, sin embargo en tiempos de campaña parece ser poco halagador, ya que para muestra habrá que recordar las firmas que un comunicador de la Ciudad de México realizó con motivo de las diputaciones plurinominales que triplicaron y por mucho las tarifas del consumo de energía sin que hasta la fecha exista una respuesta positiva a la expresión ciudadana.

Nuevamente queda en nuestras manos la decisión de enojarse y checar nuestro medidor y encontrar una posible fuga y corregirla o enojarse y sacarle la lengua y reclamar el alto consumo al vecino empleado de la Comisión o molestarse y recaudar firmas para que las tarifas puedan ser reconsideradas.

Lo que también creo es muy cierto que con un sueldo de 4 mil pesos pagar un recibo de 3 mil en un servicio indispensable para vivir, sí parece ser desproporcionado, por no decir abusivo.

Como ve, en el fondo sí parecen existir algunas opciones. ¿Cuál le parece la mejor?

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