Recientemente se inició en el estado de Durango la campaña Atrévete al cambio en 5 pasos sencillos para promover el bienestar. El banderazo oficial se dio hace algunos días con la presencia del secretario de Salud Federal, José Ángel Córdova, aquel...
... que se hizo famoso a raíz de su presencia en los medios por el brote de influenza suscitado hace algunos meses.
Es bueno reconocer este tipo de campañas que tanto bien hacen a la población, sobre todo alentando a prevenir más que a atender, ya que cuando se da la atención aparte del desabasto de medicamentos, los casos son tan graves que es poco lo que el sector salud puede hacer.
Hemos hablado en otro momento de los desaciertos de las instituciones públicas y su falta de diagnóstico inicial para alcanzar el objetivo deseado, máxime cuando los programas tienen cierto aroma partidista y electorero.
Este no parece ser el caso, ya que en toda la República, y en especial en La Laguna de Durango, el grado de desnutrición y de obesidad, junto con sus síntomas colaterales, es alarmante.
Encontrar en las escuelas públicas una gran cantidad de comida chatarra, refrescos y golosinas, lejos de alentar a los padres a consumirlos debería de preocuparnos porque gracias a la comercialización de estos productos el consumo es mayor cada día, máxime que los menores sobre todo identifican estos productos como lo único que puede ser consumido.
Para que el programa sea más efectivo, yo invitaría a los encargados de elaborarlo y sobre todo aplicarlo en ciudades como Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, por nombrar a los municipios más habitados del Estado, a rodearse de ciudadanos "empapados" del tema y sobre todo con experiencia en aspectos nutricionales.
Tal es el caso en los clubes de nutrición encabezados por Pedro y Aby en Ciudad Lerdo, que dentro de sus filas cuentan con químicos, enfermeras, nutriólogos y psicólogos que están al pendiente que los programas alimenticios sean llevados al pie de la letra y sobre todo de acuerdo a las necesidades físicas y psicológicas de cada persona. Otro caso es el de la maestra Tommy, que día a día se escucha su música a larga distancia en el parque de Lerdo ejercitando a decenas de mujeres preocupadas no sólo por tener una buena figura sino una salud encomiable como medida para tener una mejor calidad de vida.
Ojalá las autoridades tomen en cuenta la experiencia y se apoyen en estos ciudadanos que conocen y saben de viva voz cuáles son las necesidades de los duranguenses. Al fin y al cabo sería como dicen en las empresas, un ganar, ganar, ya que se gana gubernamentalmente con un programa óptimo y asequible y se gana en una ciudadanía más sana y con menores riesgos en enfermedades tan desgastantes para todos.
