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MANO IZQUIERDA

ÍCARO

¡Me cambiaron el hotel!

Ha llegado el tiempo no sabemos si mercadológico, necesario o indispensable de tomar unas vacaciones, que a pesar de estar sumergido en una crisis económica y de seguridad nacional, la mayoría de los laguneros estamos pensando, lo haremos o algunos otros ya las habremos tomado. Fuera de sí es un aspecto psicológico el no tener la suficiente liquidez para viajar...

Aplicando el clásico "endéudese ahora y sufra después", me interesaría comentarles sobre mi experiencia personal en el viaje vacacional. Como muchos laguneros elegimos la playa de Mazatlán como destino turístico de verano, ya sea por su cercanía, por los costos o por ser una playa. Habrá quien decida ir por espacio de una semana, un mes o sólo un fin y otros tantos ya tienen destinado religiosamente ir cada año por los conocidos tiempos compartidos.

Al elegir un hotel cinco estrellas, uno esperaría un excelente servicio, muy buena comida, variedad en bebidas y sobre todo habitaciones confortables y de calidad. Esta imagen la tenemos grabada los que asistimos a esta playa mexicana desde hace más de 20 años, ubicando al hotel El CID como uno de los mejores, si no es que el mejor.

Sin embargo cuál sería mi sorpresa al encontrar un hotel viejo, descuidado, de un muy mal servicio, lleno a reventar y con una cuota de meseros que cuando llevaban tu bebida, ésta ya más bien parecía un caldito de la abuela que una bebida fría y refrescante.

No para ahí mi asombro, ya que al llegar al cuarto éste estaba más sucio que cuando la muchacha de mi casa no va a recoger en una semana, y sobre todo con el clima sin funcionar y el agua del baño tan fría como la del Océano Pacífico en invierno.

¿Qué le pasó al hotel? Pues lo que en muchas ocasiones pasa con los servicios en México, se hacen viejos, no se renuevan, no capacitan al personal, pero sobre todo con el afán de llenar el lugar los servicios se vuelven insuficientes por la poca cantidad de personal, ya que una mucama no podrá atender 60 cuartos en su turno, por lo que el servicio no será el óptimo.

Recordar ese hotel majestuoso, con su torre gigantesca, su cascada novedosa y sobre todo el servicio de primer nivel, parece cosa del pasado.

Tal vez mi entrañable paisano esté pensando usted que exagero y pudiera tener toda la razón, pero al menos con la gente que comentamos la experiencia, parece compartirla, desde el acaudalado lagunero que va cada año a la ciudad sinaloense hasta el chofer de las famosas "pulmonías" que argumenta que el servicio ha decaído desde que en el hotel dejaron de contratar personal y no darle el mantenimiento adecuado.

Desde luego la opinión vertida aquí es sólo eso, una opinión, y lo que se pretende como todos en vacaciones es pasar momentos agradables y placenteros, que cuando no se cubren las necesidades básicas, esto dista mucho de ser posible.

De cualquier forma planee sus vacaciones con tiempo y trate en la medida de lo posible en escoger un lugar acorde a sus posibilidades, y sobre todo elija un hotel que le brinde un servicio que usted se merece. ¿No le parece?

¡Hasta la próxima semana!

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