Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

MANO IZQUIERDA

íCARO

Como casi la gran mayoría de los mexicanos, asistí con unos amigos a ver la pelea fraudulenta entre Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez,

Que a todas luces ganó el mexicano. No es mi intención hablar de boxeo, porque no tengo la más remota idea por qué dos personas se paran a romperse la cara con miles de espectadores animando a los contrincantes, sin embargo, lo que me llamó la atención es escuchar dentro de la pelea los comentarios de un gran campeón del boxeo mexicano e ídolo de algunos cuarentones laguneros, Julio César Chávez, que vieron en él al macho mexicano cristalizado. El hecho al que me quiero referir se dio en el transcurso del tercer round y el ex campeón mundial en lugar de decir que los peleadores estaban cautelosos, dijo que estaban cautivados, a lo que inmediatamente uno de sus compañeros corrigió al orgullo de los Chávez.

Parece un evento sin trascendencia, pero desde mi punto de vista tiene mucho que ver con el perfil de personalidad de un individuo, sus habilidades y el puesto que desempeña. Un mal comentario o un error lo podemos tener todos, pero el hecho es que evidencía que para estar frente a un micrófono es una responsabilidad y habría que estar preparados, por lo que el gran campeón deja entrever que es un excelente boxeador.

¿A dónde vamos con esto? Pues imagine usted, mi estimado lagunero, la cantidad de puestos en los gobiernos de la región en donde no se encuentra el mejor postor sino el amigo del reclutador o seleccionador para ocupar la silla. Recuerde usted los sindicatos, las empresas e incluso una que otra escuela.

Es cierto que actualmente estar relacionado es uno de los aspectos fundamentales en la búsqueda de empleo por la gran cantidad de jóvenes egresados de universidades públicas y privadas, que por cierto en La Laguna pululan, pero también hay que tomar en cuenta las habilidades y destrezas para el desempeño de determinadas funciones, lo que llevaría desde luego un México y una Laguna más capaz y productiva, y personas desarrollando su trabajo con pasión y empeño daría como resultado mayor creatividad e innovación, que es tan necesaria en este momento para nuestro país.

Nada más póngase a pensar por un momento al encargado de recarpetear el periférico en la vecina ciudad de Torreón, que en lugar de hacerlo a horas de menos afluencia y con una visión para generar vías alternas, termina por generar un caos vial, que pareciera que vivimos en la Ciudad de México. O el docente de varias escuelas de la región que facilitan una clase cuando no tienen la mínima preparación para darla, y terminan proyectando sus necesidades y carencias a los alumnos que nada tiene que ver con su proceso de aprendizaje.

Qué decir de algunos servidores públicos que en lugar de atender a los ya de por sí maltratados usuarios de servicios médicos prefieren durar dos horas comiéndose sus generosas gorditas, cuando el pobre enfermo ya no da para más.

Ejemplos abundan, aunque, como lo hemos dicho en anteriores comentarios, existen sus honrosas excepciones que por aquí hemos mencionado.

Por tal motivo, creo que el campeón de boxeo se debería dedicar a eso, o al menos a asesorar a Stallone, para hacer Rocky 6. Pero sólo por un momento cierre los ojos y piense que los puestos públicos estuvieran cubiertos por la persona idónea. No nos llamaríamos México, ¿verdad?.

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