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Albergue. En la Casa del Niño tienen la oportunidad de realizar diversas actividades por las mañanas y en las tardes se van todos a estudiar a la escuela.

Albergue. En la Casa del Niño tienen la oportunidad de realizar diversas actividades por las mañanas y en las tardes se van todos a estudiar a la escuela.

CRISTAL BARRIENTOS

Antes, Érick fingía ir a clases pero en realidad escapaba de la escuela y se pasaba horas jugando en las maquinitas o peleando en la calle. Su rebeldía es tiempo del pasado porque ahora es un alumno de buenas calificaciones que sueña con convertirse en futbolista.

En la Casa del Niño, Érick Juárez Gómez aprendió a portarse bien y se convirtió en un buen estudiante. Tiene 12 años de edad y desde hace seis comenzó a vivir en este albergue que atiende a pequeños en situación de riesgo o de escasos recursos económicos.

La Casa del Niño comenzó a trabajar en 1910 atendiendo en casas de renta en la época de la Revolución Mexicana, y fue hasta en 1983, gracias a la generosidad de los laguneros, que se construyeron las actuales instalaciones ubicadas en la colonia El Tajito.

 APRENDIZAJE

La mamá de Érick trabaja limpiando casas y su padre es policía. "Aquí he aprendido a portarme bien porque antes me salía mucho a la calle a jugar con unos amigos a las peleas, y no iba a la escuela", dice.

Recuerda que su madre lo llevaba a la escuela y entonces él esperaba a que se fuera para escapar. "Luego me hablaba a un celular que me dio para preguntarme si estaba en clases y le decía que sí, y cuando me avisaba que ya iba por mí, de volada me regresaba para que no se diera cuenta".

Ahora no sólo sabe que tenía un mal comportamiento sino que puso todo su empeño hasta convertirse en un alumno con calificaciones de ocho, nueve y diez.

Su materia favorita es Matemáticas y sueña con convertirse en futbolista, pero también quiere estudiar una carrera, aunque aún no sabe cuál.

Cada viernes, cuando Érick llega a casa a pasar el fin de semana con sus padres y hermanos, ayuda en lo que puede. No sólo arregla su cuarto, también lava la ropa y los trastes.

"Me gusta estar en la Casa del Niño porque mis papás trabajan mucho, y aquí me cuidan bien".

 SÓLO QUIERE AYUDAR

Coco es una niña de nueve años de edad que siempre está dispuesta a ayudar a los demás.

Su sueño es convertirse en abogada para defender a las personas.

Pero la pequeña María del Socorro Vázquez Marentes no espera a ser adulta para ayudar a quien lo necesita: en Casa del Niño sus compañeros siempre la buscan para que les explique las tareas, sobre todo si son de la materia de Matemáticas.

"Me gusta ayudar a mis compañeros porque a veces no le entienden a la tarea. Se me hace fácil porque me encantan las matemáticas y por eso tengo calificaciones de nueve y diez".

Coco vive en la colonia Nueva Laguna Norte y sus madre trabaja haciendo limpieza y su papá en una tienda. Tiene ocho hermanos: Gaby, Jesús, Carlos, José, Cecy, Paola y Ángel, así que cuando llega a casa siempre tiene con quién jugar.

El más pequeño de sus hermanos tiene un año y la mayor 20.

"He aprendido a ayudar a mi mamá en la limpieza y a mis compañeros con sus tareas, siempre me gusta compartir lo que tengo".

En ocasiones, Coco tampoco entiende las tareas y sus compañeros también la ayudan.

"Me gusta estar aquí porque me cuidan bien. Me gusta la comida porque nos dan frutas y verduras".

 NIÑOS EN RIESGO

Irma Luna Cárdenas, directora operativa de Casa del Niño, explica que esta institución atiende a niños de escasos recursos o de extrema pobreza, y en situación de riesgo.

La mayoría de los niños de este albergue, son hijos de madres solteras o padres abandonados.

Los mamás suelen trabajar en maquiladoras o como empleadas domésticas, y por lo tanto tienen ingresos mínimos.

Por sus trabajos, los padres de familia acostumbran dejar a sus hijos encerrados en casa y en una evidente situación de peligro. En otros casos no los mandan a la escuela y los niños se la pasan en la calle jugando en las maquinitas.

"En esas circunstancias, los pequeños corren mucho peligro y por eso en Casa del Niño les brindamos atención".

La mayoría de los niños vive en colonias conflictivas como la Polvorera, Vicente Guerrero, Zaragoza Sur, Nueva Laguna Norte, Eduardo Guerra, Monte Real, Villas Universidad, Zaragoza Durango, y otras comunidades como Nazas, Durango, con un trayecto de hasta dos horas.

En Casa del Niño permanecen toda la semana y se van con sus padres los viernes en las tardes. Acuden a la primaria vespertina y en las mañanas realizan diversos talleres como baile, deporte, música, entre otros, pero siempre están ocupados.

"Nuestros niños no son huérfanos pero enfrentan muchos riesgos por la pobreza y la falta de cuidados adecuados".

En la actualidad, la asociación alberga a 80 niños pero las instalaciones tienen capacidad hasta para 140.

"En estos momentos podríamos atender hasta 90 pero más ya no porque necesitaríamos más recursos para darles atención a todos".

En la asociación hay personal en los turnos matutino, vespertino y nocturno, para cuidar a los niños, quienes jamás están solos.

"Para muchos de nuestros niños, como andan en la calle, es difícil adaptarse a la vida del albergue porque están acostumbrados a no tener límites ni a ser vigilados. Por fortuna en estas edades son muy nobles y si reciben cariño y amor obviamente cambian de actitud", dice Irma Luna.

En Casa del Niño está prohibido gritarles y por supuesto maltratarlos físicamente.

"Entre los niños sí se ofenden y sí se pelean, pero es sólo al principio porque gracias al trabajo de la psicóloga, poco a poco cambian sus actitudes. Llegan con problemas conductuales porque son muy agresivos y desobedientes pero es porque han sido maltratados".

Irma Luna Cárdenas tiene 11 años como directora de esta institución y en este tiempo ha comprobado que si los niños son tratados con amor y respeto, tienen un cambio positivo.

Por ejemplo: en Casa del Niño se acostumbran a tener su espacio limpio y cuando llegan a sus hogares y ya no les gusta verlos desordenados y por eso ayudar a sus padres en la limpieza.

"Ellos tiene derecho a tener una experiencia de vida diferente. Desde niños conocen las ofensas, los golpes, la pobreza y los riesgos, y es necesario ayudarlos para salir de ese círculo".

Uno de los proyectos de Casa del Niño es solicitar apoyo a escuelas privadas para poderles dar una mejor educación.

 SERVICIOS

La Casa del Niño se encuentra ubicada en la calle Huachichiles número 1000 del fraccionamiento El Tajito. Esta asociación eroga un promedio de 120 mil pesos mensuales porque el sostenimiento de cada pequeño va de los mil 500 a los dos mil pesos.

Además, la asociación civil paga nómina, agua, luz, electricidad, entre otros servicios básicos.

Sergio de la Peña Cortés, presidente del patronato de la Casa del Niño, explica que los donativos en especie como ropa y alimentos jamás faltan, sin embargo, las aportaciones económicas han disminuido desde hace tres años.

"De no recibir esa atención integral, los niños estarían expuestos a situaciones que ponen en peligro su integridad y dignidad, pues pertenecen a familias de escasos recursos con diversos problemas".

Los trabajos de la Casa del Niño comienzan en 1910 y en 1947 se constituye como una asociación sin fines de lucro con el objetivo exclusivo de ayudar a los pequeños en situación de riesgo.

En 1983 se construyeron las actuales instalaciones y desde entonces cientos de pequeños han recibido la ayuda para cambiar el rumbo de su vida y convertirse en trabajadores o profesionistas responsables y exitosos.

La misión de la Casa del Niño es proporcionarles todo lo necesario para su educación y desarrollo integral: albergue, alimentación, ropa, calzado, atención médica, entre otros.

Uno de los objetivos principales es obtener más recursos para atender a un mayor número de niños en riesgo.

Importante labor desempeñan

Algunos objetivos de la Casa del Niño para evitar que los infantes corran riesgo, son:

⇒ Atender las necesidades de albergue, amor, alimentación, salud, atención psicológica y educación de los niños que han sido desamparados por sus padres; expuestos a situaciones que ponen en peligro su integridad y dignidad.

⇒ Obtener los recursos para poder recibir a más niños, hasta el 100 por ciento de la capacidad de dormitorios.

⇒ A través de la escuela para padres lograr que más niños puedan reintegrarse a su hogar.

⇒ Lograr que los niños sean un factor de cambio en sus hogares.

⇒ Mantener las instalaciones en óptimas condiciones.

⇒ Que los niños sean capaces de integrarse a la sociedad con sentido de responsabilidad y valores humanos.

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Escrito en: La Casa del Niño

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