Un manifestante murió y un periodista fue herido en una pierna por las balas policiales cuando centenares de personas protestaron en las calles de la capital de Túnez, algunas apedreando edificios del Gobierno.
El segundo día de violencia en el corazón de la capital derivó en un conflicto entre los manifestantes indignados por el desempleo y la represión, y un Gobierno que cada vez aparece más dispuesto a usar la fuerza para neutralizar el mayor desafío que enfrenta en una generación. Por lo menos 23 personas, y posiblemente docenas más, han muerto hasta ahora. Los manifestantes arrojaron piedras contra transportes públicos y edificios del Gobierno. El olor acre de los gases lacrimógenos llenaba el aire y había tantas piedras en las calles que era difícil caminar por la ciudad, habitualmente tranquila y estrictamente controlada. En un enfrentamiento cerca de la estación central de la radio en el centro de Túnez, la policía disparó con balas contra los manifestantes, dijeron dos testigos. Uno de los manifestantes fue impactado por un francotirador desde el balcón de un edificio, afirmó el testigo Hassene Ayadi, que vive en el vecindario de La Fayette.
Un periodista estadounidense fue herido en la pierna, según otro testigo que habló con la condición del anonimato por temor a su seguridad.