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Masturbación: ¿realmente sana?

SEXUALIDAD

Masturbación: ¿realmente sana?

Masturbación: ¿realmente sana?

Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya

La autocomplacencia sexual uno de los grandes tabúes en nuestra sociedad, y por lo mismo hablar de ella se presta a radicales diferencias de opinión. Así por un lado escuchamos que se trata de un acto sucio y por otro que es una práctica saludable. ¿Quién tiene la razón?

Carlos Manuel, de 50 años, aún recuerda cuando siendo un jovenzuelo descubrió el placer de la masturbación. Un día un compañero de la secundaria le llevó unas revistas llenas de fotos de mujeres desnudas y le enseñó cómo autocomplacerse, lo cual puso en práctica apenas llegó a su casa. Hoy en día y después de estar felizmente casado por veintitantos años, confiesa que de vez en cuando se masturba: “Tan sólo busco un desfogue momentáneo, no es que no se me antoje mi esposa ni que no la quiera. Solamente es un relax”.

Por su parte Angélica, de 28 años de edad, divorciada y con dos hijos, expresa que desde su separación prefiere la masturbación como forma de relajación sexual. “Así no tengo que soportar las exigencias de un matrimonio. Elijo hacerlo conmigo misma y disfrutar sin compromisos”.

Las opiniones respecto a la masturbación (refiriéndonos a la autoestimulación) son totalmente encontradas. Algunos afirman que quienes se masturban pierden energía física y se causan daño mental; otros aseguran que los que optan por la autocomplacencia genital no se sienten capaces de sostener una relación con una pareja. Unos más aseveran que la masturbación puede recomendarse como parte de una terapia sexual. ¿Entonces a quién creerle?

¿ACCIÓN DAÑINA?

La palabra masturbación es tendenciosa pues nos orienta a considerarla una desviación, enfermedad o vicio: ‘más turbada’ o ‘más turbado’. Sin embargo, durante la infancia el niño autoexplora su pene y el goce que esto le provoca le hace repetirlo. En el caso de la niña, tocarse la vulva y frotar su clítoris le brinda una sensación agradable que queda latente hasta el despertar erótico de la pubertad, donde surge el placer autoprovocado en ambos sexos.

Referirse a la autocomplacencia carnal con el nombre de masturbación es categorizarla como algo negativo, sucio o enfermizo, siendo que su experimentación en la niñez y la adolescencia son las bases de la sexualidad adulta.

No existe información seria que demuestre que la masturbación por sí sola traiga efectos adversos o enfermizos. Lo que puede ocurrir en algunos casos es que ciertas personas se queden con esta práctica como la única manera de ejercer su erotismo, llegando a convertirse en ‘adictos’. Hablamos de una tendencia compulsiva a masturbarse y aquí se requiere de valoración médico-psicológica a fin de aclarar los motivos que orientan este comportamiento.

Pero el hombre o mujer que periódicamente sienten el deseo de desahogarse a través de la autoestimulación de ninguna forma pueden ser etiquetados como enfermos o depravados. La masturbación como conducta erótica propiamente inicia con el despertar hormonal de la pubertad y se mantiene a lo largo de las diferentes etapas de la vida. Se masturban los adolescentes, los adultos (los jóvenes y los no tan jóvenes) y la gente de la llamada tercera edad. El apetito sexual es el que determina la frecuencia de esta práctica sin que existan límites en la cantidad de veces que se realice.

AUTOCOMPLACENCIA Y PAREJA

La búsqueda del placer puede ser saciada con la autocomplacencia aunque se cuente con un cómplice sexual.

Muchas féminas casadas alcanzan el éxtasis por medio de la masturbación y eso no significa que no deseen a sus esposos o que no las exciten. El varón que recurre a masturbarse sabe que se sentirá más excitado ante su ‘media naranja’ si tiene frecuencia en sus orgasmos.

La autoestimulación no debe considerarse como un rechazo o una forma de ‘hacer al lado’ al amante. No obstante, quien cuenta con una pareja y prefiere la masturbación por encima del coito, requiere de valoración para determinar el porqué de esa predilección.

La autocomplacencia es asimismo una alternativa para las personas que viajan a otras ciudades y permanecen semanas o incluso meses lejos de su consorte. Igualmente, en ocasiones uno de los cónyuges se enfrenta a una enfermedad o circunstancia que le impide consumar el encuentro íntimo; un ejemplo es la cuarentena después del parto. En situaciones así, la masturbación es una opción a elegir para que el hombre y la mujer puedan desfogar su impetuosidad sexual.

COMO TERAPIA

Numerosas mujeres que acuden a consulta sexual nunca han probado la masturbación por considerarla vergonzosa para ellas. Algunas se refieren a su vagina con términos despectivos, como si fuera fea o sucia. Al indicarles la autoestimulación erótica de manera inmediata la rechazan. Pero cuando se les pregunta si alguna vez se han dado un masaje de pies por sentirlos adoloridos o cansados, todas responden afirmativamente. A continuación se les propone que se den un masaje relajante en su vulva y clítoris sin buscar placer, tan sólo descanso. Una vez que aceptan dar este paso empiezan a descubrir sensaciones gozosas que desconocían. Esto marca la diferencia entre vivir una vida sexual gris o una con relámpagos de éxtasis. Conociéndose a sí mismas y dándose permiso de disfrutarse dan comienzo a una existencia sexualmente renovada.

Por otro lado, es preciso mencionar que cuando una pareja se encuentra bajo tratamiento en busca de un embarazo, es frecuente que los varones reciban la prescripción médica de masturbarse a fin de obtener muestras de semen vigorizado y fresco.

OLVÍDESE DEL RECHAZO

La conducta sexual autocomplaciente se ha satanizado por las religiones que ven en el placer un enemigo espiritual del hombre. Culturalmente en México la masturbación es un acto que se oculta, muchas veces por una vergüenza aprendida en casa, cuando los padres de familia asustan al joven con mentiras o amenazas, por ejemplo diciéndole que perderá la virilidad, o se convertirá en impotente o eyaculador precoz. Todos estos infundios no tienen sustento, son meras invenciones. Asimismo la mujer mexicana es educada para no expresar su deseo de manera abierta y por lo tanto si deja salir su apetito carnal a través de la masturbación se sentirá culpable creyendo que está cometiendo un acto contra sí misma. Con tal clase de pensamientos desarrollará angustia y rechazo ante sus impulsos naturales, afectando su vida amatoria futura.

Debemos comprender que el autoerotismo es una de las alternativas que toda persona sana tiene para ejercer su sexualidad. Los años que se tengan no determinan que la masturbación sea aceptable o censurable, varones y mujeres de cualquier edad, raza o condición social pueden practicarla como una opción más para su goce sexual.

www.sexologosilvestrefaya.com

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