Marcha. Una imagen cedida por la agencia oficial de noticias de Siria, Sana, en la que aparecen sirios con la bandera de ese país y fotografías del presidente Bachar al Assad durante una marcha en la ciudad mediterránea de Tartous, Siria.
Tanques equipados con ametralladoras dispararon en una ciudad en el corazón del levantamiento popular contra el gobierno en Siria, apenas un día después de que Damasco aceptase un plan de la Liga Árabe que le pide al gobierno retirar sus tropas de las calles. Al menos nueve personas murieron, informaron activistas sirios.
La violencia es un mal augurio para el éxito de la iniciativa de la Liga Árabe para resolver una crisis que ha durado ya ocho meses -sin indicios de amainar- pese a la violenta represión del gobierno, que de acuerdo con estimados de la ONU ha dejado unos 3,000 muertos.
Siria aceptó el plan el miércoles.
Rami Abdul-Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, informó que el distrito de Homs en Baba Amr estaba ayer jueves bajo fuego intenso de tanques y armas de fuego.
Al menos nueve personas murieron, de acuerdo con el observatorio y la coalición de activistas llamada Comités de Coordinación Local.
Siria ha vedado el acceso de periodistas extranjeros y prohibido el reportaje independiente, lo que dificulta corroborar eventos sobre el terreno. Fuentes clave de información son videos de aficionado en la Internet, recuentos de testigos y detalles compilados por grupos de activistas.
Bajo el plan de la Liga Árabe, Damasco acordó suspender la violencia contra los manifestantes, dejar en libertad a los presos políticos e iniciar un diálogo con la oposición en un plazo de dos semanas. Siria acordó además permitir que los periodistas, grupos de derechos humanos y representantes de la Liga monitoreen la situación en el país.
Najib al-Ghadban, un activista sirio basado en Estados Unidos y miembro del opositor Consejo Nacional Sirio, expresó escepticismo de que el presidente Bashar Assad vaya a respetar el acuerdo, y dijo que será simplemente un intento para "ganar tiempo".
"Este régimen es notorio por maniobrar y por hacer promesas que no cumple", dijo.
Siria atribuye la violencia a "pandillas armadas" y extremistas que tratan de desestabilizar el régimen de acuerdo con una agenda extranjera, una afirmación que crea dudas sobre su disposición a cesar toda forma de violencia. Intentos previos de un diálogo con la oposición fueron infructuosos.