Cambios. Para el sacerdote Jesús Salvador Ramírez Reyes, vicario de la Catedral de Guadalupe en Gómez Palacio, el término matrimonio se ha perdido en la sociedad.
Ante los nuevos escenarios planteados por las actuales costumbres sociales enmarcadas por frágiles relaciones como las uniones, de hecho provocadas por la realidad virtual, con seres simulados o amigos virtuales, o bien entre personas del mismo sexo, la Iglesia Católica lamenta el proceso de extinción del término matrimonio, unión seria entre parejas formadoras de familia que garantizaba la estabilidad social y que todavía hace una década Estados Unidos y otros países lo reconocía como uno de los factores claves para mantener la paz y el respeto entre los mexicanos.
En la Catedral de Santa María de Guadalupe, situada en el centro de Gómez Palacio, el vicario Jesús Salvador Ramírez Reyes declara convencido sobre lo que llama un nuevo concepto de vida que conlleva a la destrucción de la familia, la palabra matrimonio ahora es sustituida por el término pareja, ocasionada por el uso y abuso de la relación por computadora que permite el divorcio de una realidad dura y accede a vivir delicias del paraíso simulado.
Relativamente joven, egresado del seminario de Durango, a donde ingresó a los 14 años para permanecer por once meses en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad capital, surgido de una familia humilde de la comunidad de San Fermín Villa Hidalgo, al norte de Durango, Salvador reconoce que se hacen análisis políticos, financieros, educativos de todo tipo, pero de lo más importante, como es la razón de la vida, se habla muy poco.
La Iglesia Católica observa ahora no una reducción de feligreses, sino una medición de compromiso; antes, de un 98 por ciento de asistentes se podía asegurar que hasta un 60 por ciento no estaba comprometido como se constata hoy, recién transcurrida la Semana Santa acuden muchos, pero a la hora del compromiso quedan muy pocos.
Por otra parte, el vicario de la Catedral de Guadalupe no comparte del todo lo dicho por el cardenal Norberto Rivera, en el sentido de que se viven tiempos de calamidad porque la sociedad ha optado por caminos torcidos.
"Nosotros aceptamos lo que nos proponen los altos mandos, como los medios de comunicación o gobiernos, y como ejemplo contundente está el nuevo modelo de vida, hombres con hombres y mujeres con mujeres, o bien el consumismo y la sustitución del ser por el tener", comenta.
En medio de todo esto, claro que se aprecia de manera rotunda un vacío existencial entre muchas personas, jóvenes principalmente, el sentido del pecado es algo inexistente, no es pecado nada, matar, hacer daño, se pierde el sentido de la vida, y esto apenas comienza, es el inicio de la búsqueda del fondo que es el destrozo social, advierte con profunda pena el representante eclesiástico.
Sin embargo, muchos muchachos en las colonias, en las comunidades rurales, en todas partes, mantienen el grito de ayuda y no podemos permanecer indiferentes o ignorantes a esta oportunidad de hacer algo por rescatar lo que se está perdiendo. "Yo lo vivo, cuando los jovencitos salen de secundaria y vienen horrorizados y me dicen que de sus escuelas salen niñas abrazadas y besándose con niñas y hasta les dicen "ya se van a tortear".
El padre Salvador se refirió a otro aspecto, parte de esta transformación social como la nueva jerarquía de valores, el estar flaco, la vida consumista, el culto a la liberación personal o bien el vivir pura emoción y al mundo de los excluidos y sobrantes en el que tristemente se practica el desamor, refiriéndose a los ancianos que son vistos muchas veces como estorbos o bien a los enfermos y a los huérfanos víctimas del rechazo de muchas personas, incluso familiares.
Al presbítero Ramírez Reyes le preocupa sobremanera la indiferencia y la ignorancia por tanta cosa que se puede y se debe hacer, pero especialmente la corrupción encontrada en la historia del hombre...a Jesús lo enjuiciaron en la noche, por la madrugada, a destiempo, en un juicio corrupto, explica.
"Fíjate hasta dónde llega la ignorancia de mucha gente, aquí, a la iglesia llegan y me ofrecen hasta 500 pesos por una boleta de bautizo, y a pesar de que les explicas que no se puede, ni se debe, insisten". Muchos no se cansan de culpar al Gobierno de todo, de la educación, del desempleo, de la pobreza, pero estamos en un círculo vicioso donde todos somos responsables porque cuando nos llega el momento de comportarnos rectamente muy pocos lo hacen.
Por lo anterior, ante esta filosofía de género que indudablemente busca destruir el concepto familiar tal como lo conocemos actualmente, se corren riesgos de cambio en los roles femenino y masculino, se considera que la familia es algo obsoleto y surge una nueva unión familiar, diferentes formas de contacto sexual y hasta negar la identidad biológica-psíquica-espiritual del ser mujer y del ser hombre.
La realidad globalizada y virtual que nos está deshumanizando exige la reacción de la sociedad, el voltear la atención hacia los verdaderos sabios que proponían la vida sana y tranquila pero que definitivamente no equivalía a dinero y poder, como aquél que sostenía "si sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes", concluyó.