Aunque al día hábil siguiente a hacerse pública la megamulta impuesta a Telcel por la Comisión Federal de Competencia las acciones de su controladora, América Móvil, descendieron 2.7% en la Bolsa de Nueva York, en México el impacto fue de dos puntos, es decir, el golpazo se tomó con más calma.
La razón es simple: los inversionistas nacionales saben que del dicho al hecho en las sanciones que impone la instancia en lucha contra los monopolios hay un largo trecho.
Se da el caso, por ejemplo, que 10 años después de haberse abierto un procedimiento contra 54 embotelladoras de Coca Cola en el país, por un monto global de 527 millones de pesos, la dependencia encabezada por Eduardo Pérez Motta se topó con la Suprema Corte de Justicia... ¡quién le ordenó reponer el procedimiento!
Después de una década, pues, el organismo debió empezar de cero.
La paradoja del caso es que el máximo tribunal de justicia del país revocó, en el inaudito, una decisión que había tomado tres años antes, para favorecer a tres de las empresas en el banquillo, y en el carrusel al resto: Fomento Económico Mexicano (Femsa), Propimex e Inmuebles del Golfo.
Lo que era negro se volvió de la noche a la mañana blanco.
Las firmas habían sido notificadas en lo individual de una multa de 10.5 millones de pesos, la máxima que entonces podía imponer la CFC, tras ventilarse un farragoso proceso de cinco años, abierto a denuncia en Pepsi Cola, bajo la acusación de prácticas monopólicas relativas.
El amparo otorgado por la Suprema Corte en junio del año pasado obligó a reponer el procedimiento, en la presunción de que la instancia no admitió pruebas periciales en economía, econometría, contabilidad y finanzas que habían ofrecido las firmas en el banquillo.
Digamos que de juez la Comisión Federal de Competencia pasó a la condición de acusada.
Para entender el asunto hay que recorrer la película completa.
Hace 11 años, en plena vigencia de la llamada "guerra de las colas" (¿se acuerda usted del llamado "Reto Pepsi"?), Pepsico, la matriz de Pepsi Cola en el país, planteó una denuncia por supuestas prácticas de desplazamiento indebido de su producto a través de la red de distribución al menudeo.
Su rival exigía exclusividad a los menudistas a cambio de algunas canonjías, por ejemplo, colocación de toldos contra el sol, refrigeradores, pago de luz...
El proceso lo desahogó en cinco años la instancia, tras el concebido recurso de revisión planteado frente a una multa de 527 millones de pesos a prorratearse entre 54 embotelladoras, sin discriminar entre gigantes y pequeñas.
El caso es que ratificado el castigo, las firmas se ampararon, logrando algunas de ellas resoluciones favorables ante jueces de distrito, que luego serían impugnadas en tribunales colegiados en un curioso juego de ping-pong.
Por aquellas cosas raras de la vida, sin embargo, el caso de Femsa llegó a la Suprema Corte, bajo el argumento de que el eje central del reclamo hablaba de inconstitucionalidad de la Ley Federal de Competencia Económica, en cuyo marco se desahogó el proceso.
El hecho es que el pleno de éste rechazó los argumentos de la contraparte, lo que dejaba a las firmas con la multa impuesta.
El expediente regresó al tribunal colegiado de circuito que lo había entregado, para lo que sería un simple trámite de desechamiento.
El caso es que en el camino apareció en escena el ministro Sergio Valls, quien convenció a sus compañeros de pedir el regreso, anexando ahora dos solicitudes de amparo más, éstas de las embotelladoras Propimex e Inmuebles del Golfo.
Femsa, pues, en inaudita segunda vuelta.
Lo curioso del asunto es que, en primera instancia la resolución que se planteaba ante la primera sala fue encomendada a la ministra Olga Sánchez Cordero, con la novedad de que ésta sería rechazada dos veces.
Y llegaría la tercera vuelta.
Encargada la resolución, ahora, al ministro José Ramón Cossío, éste planteó fallas en el procedimiento que a su juicio soslayaban la posibilidad de defensa integral de las reclamantes. Esta fue aprobada por unanimidad.
El rollo de la película, pues, debió retroceder 10 años para reponer el procedimiento, ahora sin las lagunas señaladas.
Lo curioso del asunto es que en un caso idéntico, planteado éste por la firma de capital peruano Ajemex, productora de Big Cola, se derivó un castigo similar en este caso contra 15 embotelladoras de Coca Cola, entre ellas Femsa, sin que se hubieran levantado tantas olas.
Como lee usted, pues, falta aún un largo camino para que la CFC haga efectiva la multa a Telcel. Otros 10 años quizá... para en una de esas exigir la reposición del procedimiento.
Por lo pronto, la firma del magnate Carlos Slim inicia la caminata con un recurso de revocación.
BALANCE GENERAL
A la callada, aparentemente por solicitud expresa de la firma favorecida, la Comisión Federal de Competencia le dio luz verde a la adquisición por parte de Televisa del 100% del capital de Cablemás, lo que implicaría su fusión con GTV, otra de las filiales del consorcio. La firma de Emilio Azcárraga Jean tenía 58.3% de la empresa que ofrece servicio de televisión por cable.
La compañía adquirida mantiene 48 concesiones para operar en 77 ciudades de 14 entidades federativas del norte del país, incluidas Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Chihuahua, además del sureste y el centro.
Televisa es dueña de Cablevisión, en adición a media docena de empresas del ramo.
TG GROUP, LA HIZO
Aunque oficialmente no tiene luz verde para entrar al rescate de Mexicana de Aviación, TG Group, una de las siete en la pelea, presume contar ya con los recursos suficientes para tomar la estafeta.
Según ello, de entrada cuenta con 150 millones de dólares para liquidar a los trabajadores, de los cuales 45 los aportaron sus socios y 105 son de un préstamo bancario, aparentemente por parte de Banamex.
Más allá, los aportantes están dispuestos a reunir 200 millones más para capital de trabajo, además de otros 300 millones que se prestarían al iniciarse la operación de la línea aérea.
La firma provocó la ira del administrador y conciliador de Mexicana, Gerardo Badín, al entregarle un millón de dólares a la Tenedora K como anticipo por la compra de acciones que a su vez adquirió del Grupo Posadas.
OXXO, A LAS NUBES
De acuerdo al cálculo de los analistas de Banamex, las ventas de la cadena de tiendas Oxxo al primer trimestre del año se incrementaron en 19.3%, respecto al mismo periodo del 2010.
Sin embargo hay que considerar que el año pasado existían 185 establecimientos menos en el país.