"La quiebra puede eliminar a dueños y directivos en particular, pero no la competencia."
Thomas Sowell
Oy se cumplen 90 años de la fundación de la Compañía Mexicana de Transportación Aérea, antecedente de la Compañía Mexicana de Aviación. Fue ésta la primera aerolínea de México y una de las primeras del mundo, pero en lugar de tener hoy una fiesta lo que hay es incertidumbre. Nadie sabe realmente si Mexicana volverá a volar.
Una empresa llamada Altus Pro es en este momento la candidata a rescatar a la aerolínea, acción que tendría que realizar antes del 9 de agosto, fecha en que vence el actual plazo del concurso mercantil. Pero es difícil creer que se pueda ya salvarle la vida al enfermo.
Hasta hace un par de años parecía imposible la quiebra de Mexicana. Cuando la Comisión Federal de Competencia buscó impedir en 2007 que la empresa compitiera en la licitación por Aeroméxico, muchos especialistas dijeron que tarde o temprano alguna de las dos quebraría, ya que no había lugar en el mercado mexicano para dos aerolíneas troncales. Sin embargo, Mexicana estaba llevando a cabo una expansión tan vigorosa que parecía difícil que fuera ella.
La aerolínea fue comprada en 2005 por Gastón Azcárraga del Grupo Posadas y otros accionistas por un monto de 160 millones de dólares. En el 2007 los socios ofrecieron infructuosamente 200 millones de dólares por Aeroméxico.
El período en el que Azcárraga estuvo a cargo de Mexicana se caracterizó por la elevación de los precios del crudo y de la turbosina. Hubo también una crisis económica y un desplome del turismo como consecuencia de la influenza A H1N1. A pesar de las dificultades, Azcárraga impulsó una expansión muy importante de la aerolínea, que abrió nuevas rutas a Europa y Sudamérica. A la empresa se le invirtieron 3,800 millones de pesos después de su adquisición, pero esto hizo que se acumularan las deudas.
Los onerosos contratos laborales con los sindicatos se convirtieron en un lastre importante en un momento en que nuevas competidoras, como Interjet y Volaris, ingresaban al mercado con costos laborales inferiores. Para mejorar su competitividad Mexicana convirtió a Aerocaribe en Click y creó además Link. Estas nuevas líneas tenían un costo laboral inferior y obtenían utilidades.
En agosto de 2010 no sólo Mexicana sino sus dos filiales dejaron de volar e ingresaron en un concurso mercantil, una suspensión de pagos controlada por un juez mientras se busca una conciliación con los acreedores. La deuda del grupo se acercaba ya a los mil millones de dólares y no había accionistas dispuestos a inyectar capital.
Desde entonces han desfilado por el juzgado, y ante las autoridades de Comunicaciones y Trabajo, una larga serie de pretendientes. Nadie ha podido o querido aportar el capital, unos 250 millones de dólares, que le permitirían a la aerolínea regresar al aire.
Los sindicatos quieren que el gobierno rescate a Mexicana, cosa que las autoridades han rechazado. Un rescate oficial equivaldría a castigar a las empresas que sí hicieron bien su trabajo.
Las operaciones aéreas de nuestro país, sin embargo, no parecen haber sufrido demasiado, y eso a pesar de que la desaparición de Mexicana produjo un inmediato aumento de precios. En el 2009 hubo una disminución en el número de pasajeros en aeropuertos mexicanos de 87.6 millones a 75.9 millones por la crisis económica y la influenza. En el 2010 se registró un repunte a 77.7 millones y en el primer trimestre de este 2011 se alcanzó la cifra de 19.1 millones de pasajeros.
Los clientes de Mexicana no han desaparecido, simplemente han cambiado de aerolínea.
SEGUNDA COPA
Una vez puede ser producto del azar, pero cuando el triunfo se repite hay que empezar a creer. En México no son las escuelas las que están generando nuevos futbolistas, como en otros países, sino las fuerzas inferiores de algunos clubes profesionales, entre ellos Chivas y el Atlas. Esto lo vemos en la Selección Sub-17 Campeona del Mundo.
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