(EFE)
El árbitro pitó y Juan Carlos Chávez se quedó cruzado de manos, hasta que Sergio Almaguer le dio un abrazo. Los jugadores mexicanos corrían como desesperados por la cancha y el arquero Antonio Rodríguez soltaba incontenibles lágrimas de "culpa".
México está en semifinales al derrotar 3-1 nada menos que al anfitrión del Mundial Sub-20. México pasó sobre Colombia, no siendo brillante, pero sí efectivo, no siendo bello, pero sí siendo un guerrero y mostrando al fin contundencia.
Los héroes: Érick Torres -de penalti- y Edson Rivera, en dos ocasiones, para que de esta forma se viaje a Pereira a enfrentar al ganador del España-Brasil. Se hizo la hazaña, pero quieren más.
Fueron 36 minutos de pesadilla para México, en los que prácticamente no tocó el balón, no tuvo el control del juego y fue dominado en su totalidad por el local.
Pero a los 37', Colombia se equivocó. México sólo podía llegar al área rival por conducto de un servicio a pelota parada, y de una jugada así se derivó un penalti sobre Diego Reyes, que Érick Torres, con todo y dramatismo, convirtió en gol para sacudirse la presión. Llegó el gozo, pero para gozar, primero hay que sufrir. En el comienzo, el Tri se notaba nervioso, no se ligaban tres pases seguidos. Jorge Enríquez se veía disminuido, Carlos Orrantia sufría en defensa y en el ataque, el tridente no agarraba una pelota.
Y tal como se esperaba, la segunda parte inició con Colombia encima, pero esta vez se encontró a un México más asentado, aún sin control del esférico, pero sin dejar que el rival pisara tanto el área del guardameta Toño Rodríguez.
Todo parecía controlado, Toño se veía más confiado que nunca, hasta que un error de Néstor Araujo, dejó el balón a merced de Duvan Zapata, un delantero enorme, quien sin pensarlo tiró de lejos, muy lejos, Toño llegó a la pelota, se inclinó a recogerla, pero sus rodillas se abrieron y la redonda, caprichosa, se metió a la portería a los 59'.
México intentó recuperarse del golpe. Toño en la soledad de la portería reflexionaba su error y en la banca, a la distancia, Saúl Villalobos trataba de levantarle el ánimo. La respuesta obvia de Chávez era meter un defensa más, para pensar en el alargue y los penaltis. Estaba a punto de entrar Jorge Valencia, cuando de un tiro de esquina, Edson Rivera se levantó, voló y con la cabeza proyectó el balón para dentro de la portería, a los 68'. La batalla se hace fragorosa. Acosta sale herido y el árbitro turco comienza a compensar en favor del local. Los relevos de Araujo, los cortes de Reyes, el corazón de Ibáñez comienzan a sobresalir. La defensa de México es heroica y el tiempo pasa muy lento. El segundo herido es "El Cubo", quien sale por un calambre.
Y al fin sucedió. A los 88', cuando Colombia iba por un milagro, Edson Rivera sacó un riflazo que fue desviado por la defensa. Apareció la contundencia y se ganó una batalla donde estaba en contra.