México fue un país estratégico para el proyecto de la 'nueva evangelización' en el pontificado de Juan Pablo II por su influencia en Latinoamérica y Estados Unidos, aseguró José Guillermo Gutiérrez Fernández.
El sacerdote mexicano, actualmente oficial del Pontificio Consejo para la Familia del Vaticano, relató a Notimex algunas de sus experiencias con Karol Wojtyla, a quien conoció personalmente y saludó en diversas ocasiones. 'México, no cabe duda, fue un país estratégico para su pontificado, desde el cual mostró un modo nuevo de presentación de la fe, desde donde mostró a quienes tenían una visión renunciataria y derrotista, que la Iglesia es joven y sigue siendo capaz de ilusionar a las masas', afirmó. 'México es un país con una influencia notable en Latinoamérica, y debido a las emigraciones, también en la Iglesia Católica de Estados Unidos. Entonces me parece descubrir que el amor del Papa por México también tenía esta impronta estratégica', agregó.
Constató que esta vocación católica contrasta con una cierta propaganda 'anticatólica' promovida por diversos grupos mexicanos quienes han intentado cuestionar tanto la beatificación de Juan Pablo II como la imagen del actual Papa Benedicto XVI.
Según el sacerdote de la arquidiócesis de la Ciudad de México, en su país se vive 'alegría y responsabilidad' por el reconocimiento del pontífice polaco como beato, a quien sus connacionales ya lo consideran un 'intercesor en el cielo'.
Reveló que, como parte de su labor en El Vaticano, le han llegado correos electrónicos de muchas personas de México quienes encomiendan a Juan Pablo II el problema de la paz y de la conversión de quienes se dedican a delinquir, particularmente de los narcotraficantes.
'La gente en México ama profundamente a Juan Pablo II, es consciente del gran amor del Papa por los mexicanos y corresponden generosamente. Casi no hay una familia mexicana en la que alguno de sus miembros no lleve en su honor el mismo nombre', relató.