Las mexicanas se impusieron anoche a las colombianas. (Jam Media)
La locura se apodera del Domo del Code. La Selección Mexicana femenil de basquetbol está arriba de Colombia por sólo un punto. Abril García recibe el balón retrasado. Su mirada está clavada en el aro. Los pies detrás de la línea de tres. En el reloj, 48 segundos por jugar. Se eleva. Dispara con suavidad. El esférico tiene una cita con la red, pero no tiene prisa por llegar.
Cuando el tiro entra, el grito explota. Desconocidos se abrazan entre sí. Chocan las palmas. Es el milagro de la fraternidad que genera el deporte. El alarido de más de dos mil 500 personas ensordece. Las jugadoras mexicanas levantan los brazos. Corren hacia Abril. Es la jugada que parece "matar" a Colombia, pues el conjunto local abre su ventaja a cuatro puntos para nunca más soltarla.
El reloj se consume. En la banca, las jugadoras nacionales se toman las manos. La chicharra anuncia el final. Marcador: 64-58. La locura se apodera del Domo del Code. "¡Sí se pudo!, ¡sí se pudo!", retumba en el recinto deportivo, repleto como nunca. Alentando como siempre a su escuadra que se mete de esta forma a la gran final del basquetbol femenil.