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México: un legendario anfitrión

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México: un legendario anfitrión

México: un legendario anfitrión

Sergio Luis Rosas

Por vocación histórica México ha sido un excelente anfitrión de las competiciones deportivas internacionales que ha recibido en carácter de sede, desde hace más de 80 años. Vale la pena hacer un recuento de tan memorables acontecimientos.

Nuestro país ha sido sede de varios eventos deportivos de primera categoría. Los asistentes a las competencias celebradas se han llevado un recuerdo inolvidable de la hospitalidad y generosidad del pueblo mexicano.

Esta historia empezó en 1924 cuando se reunió en París el Comité Olímpico Internacional (COI) y surgió ahí la propuesta de establecer los que vendrían a ser los primeros juegos regionales del olimpismo en el mundo, denominados Juegos Centroamericanos, cuya inicial edición fue inaugurada el 12 de octubre de 1926 en el desaparecido Estadio Nacional de la Ciudad de México. Participaron sólo Cuba, Guatemala y México, acumulando el anfitrión la máxima cantidad de medallas (67).

En marzo de 1954 nuestro país volvió a ser sede de los entonces ya nombrados Juegos Centroamericanos y del Caribe. Originalmente iban a celebrarse en Panamá, quien renunció por problemas económicos. En esa ocasión se hizo oficial el himno de la competición y se encendió el fuego centroamericano en lo alto del Cerro de la Estrella, en la zona oriente del Distrito Federal. Asistieron 1,356 atletas de 12 países y México fue nuevamente el máximo ganador con 124 preseas.

36 años más tarde a México le tocó organizar los XVI Juegos Centroamericanos y del Caribe, del 24 de noviembre al 4 de diciembre de 1990, registrando las cifras más altas de su historia en cuanto a naciones contendientes, 29, y atletas, 4,206. Cuba quedó en primer lugar, México en segundo y Puerto Rico en tercero.

LOS PANAMERICANOS

En noviembre de este año Guadalajara recibirá a los XVI Juegos Panamericanos en el recién construido estadio Omnilife. La sede se consiguió hace dos años en medio de grandes expectativas y el gobierno de Jalisco erigió asimismo la Villa Panamericana para hospedar a los deportistas visitantes.

Pero México ya tiene experiencia en este renglón. La primera vez que se alojó aquí este evento fue en su edición II, en marzo de 1955, efectuada en el estadio Olímpico de Ciudad Universitaria con la intervención de 22 países. Obtuvimos el tercer escalón del medallero.

20 años después, en octubre de 1975, nos correspondió albergar los VII juegos también en la Ciudad de México, aunque inicialmente habían sido designados para Santiago de Chile. La situación política y económica por la que atravesaba Chile tras el golpe de estado y la muerte de su mandatario obligó a los organizadores a retirar la sede. Se eligió a Brasil como alternativa, pero luego la nación carioca fue obligada a dimitir debido a un brote de meningitis. El honor recayó en México, donde participaron 33 países y los más altos lugares los ocuparon Estados Unidos, Cuba y Canadá, quedando México en cuarto puesto.

ÚNICA OLIMPIADA

México fue sede de los XIX Juegos Olímpicos en 1968. El principal obstáculo que encontró al postular su candidatura fue la altura de la Ciudad de México, 2,240 metros sobre el nivel del mar; sin embargo, los delegados del Comité Olímpico comprobaron que la afectación era mínima.

A partir de la designación, se hizo una gran inversión económica para remodelar el Estadio de Ciudad Universitaria, construir la Villa Olímpica, la Alberca Olímpica Universitaria y el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera, el Palacio de los Deportes, el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, el Velódromo Olímpico Agustín Melgar, la Pista Olímpica Virgilio Uribe para canotaje en Cuemanco y el campo de tiro. Un dato interesante es que el gobierno federal implementó el impuesto a la tenencia vehicular para reunir fondos con el propósito de solventar los gastos de esta justa deportiva.

1968 fue un año turbulento en todo el orbe y México no era la excepción. La inconformidad del movimiento estudiantil creció de manera inusitada, culminando como es sabido con la llamada matanza de Tlatelolco. La magnitud de los hechos puso en duda la realización de las olimpiadas, sin embargo el COI y su presidente juzgaron que se trataba de un asunto de política interna y los planes siguieron adelante. 10 días después de la tragedia fue inaugurada la competición.

Contendieron 112 países y 5,516 atletas. El fuego olímpico fue encendido por la atleta Enriqueta Basilio, mientras que el juramento corrió a cargo del maratonista Pablo Lucio Garrido. Y aunque no llegó a los primeros escaños, la delegación mexicana cosechó nueve medallas. Felipe el tibio Muñoz conquistó oro en los 200 metros mariposa, el sargento José Pedraza se llevó plata en la prueba de 20 kilómetros de marcha, Pilar Roldán alzó también la plata en esgrima y Álvaro Gaxiola hizo lo propio en la plataforma de 10 metros, mientras que María Teresa Ramírez logró bronce en 800 metros de nado libre. Las otras preseas vinieron del equipo de boxeo: oro para Ricardo Delgado en peso mosca y para Antonio Roldán en pluma, bronce para Joaquín Rocha en peso completo y para Agustín Zaragoza en peso medio.

El mejor papel que alcanzó México en deportes de conjunto fue con la escuadra de basquetbol en quinta posición. La gran decepción fue la Selección Nacional de fútbol, que ni bronce mereció.

CINCO DE FIFA

Hace un par de meses Jack Warner, miembro ejecutivo de la Federación Internacional de Fútbol Internacional (FIFA), destacó la importancia de México como escenario de cinco mundiales.

La IX Copa del Mundo 1970 fue todo un acontecimiento. La sede se consiguió en octubre de 1964 y de inmediato empezó a construirse el estadio Azteca. Se erigieron también el Cuauhtémoc de Puebla y el Nou Camp de León; al Jalisco le agregaron un segundo piso y fue remodelado el Nemesio Díez de Toluca (en ese tiempo Luis Gutiérrez Dosal, ‘la Bombonera’). La mascota fue Juanito.

Por primera vez el Tri llegó a cuartos de final al vencer a Bélgica 1-0; de ahí nació la costumbre de reunirse a festejar en el Ángel de la Independencia. La final fue el 21 de junio en el Azteca, entre Brasil e Italia.

Al año siguiente se celebró en nuestro país el II Campeonato Mundial Femenil de Fútbol. El partido por la copa fue disputado entre México y Dinamarca ante un lleno completo en el Azteca. Las danesas dominaron por 3-0, pero la afición quedó satisfecha porque nuestro representativo logró lo que nunca había hecho su equivalente varonil: jugar la final de un mundial.

Precursor en repetir como sede

Colombia había sido designada como destino del XIII campeonato de 1986, pero el gobierno colombiano se declaró sin recursos para organizar el torneo. Tras la renuncia, la FIFA concedió la sede a México por segunda vez en su historia.

La concesión estuvo en peligro por el devastador terremoto registrado en la Ciudad de México en 1985. No obstante el país se sobrepuso a la tragedia y la FIFA mantuvo su decisión. La inauguración fue el 31 de mayo de 1986 en el estadio Azteca con un encuentro entre Bulgaria e Italia. La mascota de México 68 fue Pique, producto del ingenio local, elegido mediante un concurso.

Los juegos fueron en el Azteca, el Nemesio Díaz, el Cuauhtémoc (al que se le agregó un piso), el Jalisco, el Nou Camp, el Sergio León Chávez de Irapuato (remodelado para la ocasión), el Corregidora de Querétaro (edificado para el evento), el de Ciudad Neza y el Universitario de Monterrey.

Participaron 24 naciones y el Tri tuvo una buena actuación. En octavos de final se impuso a Bulgaria por 2-0, aunque después fue eliminado por Alemania en penaltis; de ese partido surgió la llamada ‘maldición de los penales’ al fallar dos nuestros compatriotas.

La gran figura de México 86 fue Maradona, conduciendo con maestría y habilidad el destino de Argentina, que se impuso en la final a Alemania por 3-2. Antes, frente a Inglaterra el pelusa anotó su antológico gol recordado como “la mano de Dios”.

Los juveniles

Nuestro país fue sede del Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA México 1983, en el que Brasil se coronó al derrotar en la final a Argentina por 1-0 anotado de penal, con un equipo de grandes promesas como Bebeto, Dunga, Jorginho y Geovani da Silva.

Los escenarios de esta competición fueron el estadio Azteca, el Sergio León Chávez, el Nou Camp, el Universitario, el Cuauhtémoc, el Jalisco y el Nemesio Díez. Cabe destacar que el campeonato atrajo una media de 36,092 espectadores en sus 32 encuentros, una marca inigualada hasta la fecha.

Es imposible no recordar que este año fuimos anfitriones de la XIV Copa Mundial Sub 17 de la FIFA, en la cual intervinieron 24 naciones, siendo el nuevo estadio Corona de Torreón una de las siete bases del torneo; las otras fueron el Azteca, el Universitario, el Hidalgo de Pachuca, el Morelos de Morelia, el Corregidora y el Omnilife. Los de más reciente construcción son el Corona y el Omnilife.

Para los aficionados laguneros se cumplió el viejo sueño de ser sede de un mundial, el cual venían acariciando desde 1970. La Laguna recibió al Grupo D, conformado por las selecciones de Estados Unidos, República Checa, Nueva Zelanda y Uzbekistán. La gente de la comarca también tuvo oportunidad de ver jugar a los representativos de Uruguay e Inglaterra.

La gran final se jugó el 10 de julio en el Azteca, coronándose Xxxxxxxxx, al vencer a Xxxxxxxx con un marcador de X-X.

La Historia nos deja ver que México continuará desempeñando un excelente papel como anfitrión deportivo.

Correo-e: srosas@elsiglodetorreon.com.mx

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