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Mi hijo es el abusón

Muchas veces los niños abusadores toman como ejemplo las agresiones de los padres

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Humberto Vázquez

Muchos padres de familia viven preocupados porque su hijo es víctima de abuso en la escuela, llega golpeado, llorando o simplemente cambia su comportamiento por uno más retraído o hasta agresivo. Sin embargo, para otros padres de familia el caso es diferente, la maestra o la mamá de uno de sus compañeros se queja de él y lo acusa de ser el “verdugo” que maltrata a los demás niños.

Y es que el maltrato entre niños es un grave problema social, con raíces culturales y psicológicas, que pueden producirse en familias de cualquier nivel económico y educativo.

El abuso de padres a hijos, está muy estudiado, con cifras alarmantes, pero todavía no se adentra de niño a niño, de acuerdo a lo señalado por Gabriela Quintero, Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Iberoamericana Torreón, especializada en Comunicación Educativa.

“De cualquier modo y desde el punto de vista que se vea, el maltrato viola derechos fundamentales de los niños o niñas y por lo tanto, debe ser detenido, cuanto antes mejor. El abuso entre infantes, es un patrón de maltrato o comportamiento abusivo que se dirige hacia el niño y que afecta los aspectos físico, emocional y/o sexual”.

Durante su carrera, Quintero se adentró en la docencia de la comunicación, administración educativa, promoción y difusión cultural, producción de material didáctico, educación popular, extensión educativa, diseño de cursos y talleres, así como asesorías.

Signos de alerta

Desde hace una década, desde su titulación como Licenciada en Educación Preescolar, Carmen Cecilia González Medina, imparte clases en los diferentes grados y advierte, que para las personas mayores, es fácil de identificar el abuso, ya que son lesiones físicas infringidas al niño o niña, tales como hematomas, quemaduras, fracturas, lesiones oculares, lesiones cutáneas, mediante pinchazos, mordeduras, golpes, estirones de pelo, torceduras, puntapiés u otros medios con los que se lastime al menor.

“Muchas de las veces, los niños abusadores toman como ejemplo, el castigo físico recibido de sus padres, mismo que se define como el empleo de la fuerza física con intención de causar dolor, sin lesionar, con el propósito de corregir o controlar una conducta”.

Menciona que al momento de tomar este rol, no siempre es sencillo saber cuando termina el adiestramiento y cuando comienza el abuso. En contraposición del maltrato físico, el castigo corporal es una práctica muy difundida y socialmente aceptada.

“Es por ello, que pacientemente deben explicarle a los niños que sus acciones pueden tener duras consecuencias y que no deben ejercer un control total a base de golpes, sobre sus compañeros de escuela, vecinos o los mismos familiares” dijo González Medina.

Agregó que si el niño es recurrente a ser abusador, es necesario pedir asistencia psicológica o médica con pediatras especialistas en relaciones interpersonales, con la intención de volverlo a integrar al medio en el cual se desenvolvía, hasta el punto de la normalidad y que sea aceptado en su entorno.

Las causas pueden ser diferentes, para que un niño se vuelva abusador, como por ejemplo, la falla intencional de sus padres ó tutores, en satisfacer las necesidades básicas del niño en cuanto alimento, abrigo o en actuar debidamente para salvaguardar la salud, seguridad, educación y bienestar del niño.

Esto significa dejar de proporcionar los cuidados o atención al menor que requiere para su adecuado crecimiento y desarrollo físico y espiritual. Esto puede incluir, por ejemplo, omitir brindarle al menor, alimentos, medicamentos y afecto, aunque hay elementos que pueden influir de otra manera.

Por su parte, el pediatra Luis Carlos Arroyo, dejó en claro que la habilidad para detectar que un niño ha sido maltratado depende del conocimiento por parte de cada observador no sólo del estado físico de un niño, sino del comportamiento normal infantil.

No basta con notar cualquier cambio en las interacciones sociales de un niño en particular, pues el niño agredido constantemente puede haber sufrido desde la primera infancia. Por consiguiente, cuando un niño parece comportarse de un modo anormal, deberá considerarse la posibilidad de que la causa sea el maltrato.

Signos de alerta

Identificación de niños que reciben abusos

- Las ausencias reiteradas a clase.

- El bajo rendimiento escolar y las dificultades de concentración.

- La depresión constante y/o la presencia de conductas autoagresivas o ideas suicidas.

- La docilidad excesiva y la actitud evasiva

- Defensiva frente a los niños.

- La búsqueda intensa de expresiones afectuosas por parte de los adultos, especialmente cuando se trata de niños pequeños.

- Las actitudes o juegos sexualizados persistentes e inadecuados para la edad.

Los indicadores físicos son:

- La alteración de los patrones normales de crecimiento y desarrollo.

- La persistentes falta de higiene y cuidado corporal

- Las marcas de castigo corporales.

- Los “accidentes” frecuentes.

- El embarazo precoz.

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