Michelle Obama, esposa del presidente estadounidense, Barack Obama, comenzó la segunda escala de su visita de una semana a África y ayudó a pintar con una brocha un mural en una clínica que atiende a niños con VIH/sida.
Esa enfermedad es un desafío importante de salud pública en Botsuana, un país de dos millones de personas, entre ellas 300 mil portadores del virus.
La primera dama impulsa la salud y el bienestar con su visita, con especial énfasis en la prevención del sida. Lo primero que hizo a su llegada fue visitar una clínica en la capital Gaborone, la cual recibe financiamiento de la Universidad Baylor. El lugar da servicio a 4 mil niños y sus familias.
La señora Obama e integrantes de su familia que la acompañan ayudaron a pintar un mural en la pared de una nueva instalación que se está construyendo, y después la primera dama se dirigió a un almuerzo con líderes femeninas de diversas generaciones.
Tenía planeado hacer una visita breve al presidente Ian Khama antes de llevar a su familia a comer en un parque natural. Viajó ayer por la mañana en avión a Botsuana desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Ella, su hija Malia, de 12 años, y Sasha, de 10, recibieron una bienvenida con danzas tradicionales africanas a cargo de grupos de menores de entre 6 y 18 años. Los niños vestían trajes tradicionales de cuero, llevaban lo que parecía piel de cebra y una conchas en los tobillos. Todos aplaudían y cantaban "Obama ye-le-le".
La señora Obama se reunió por separado con un grupo de niños que ondeaban banderas estadounidenses así como la bandera azul y negra de Botsuana. La misión de la primera dama comenzó el lunes pasado en Sudáfrica. Regresará el próximo lunes a la Casa Blanca.
