Migrantes de aquí y de allá
En el tema de los inmigrantes, el gobierno mexicano ha mostrado siempre una abierta hipocresía. Durante años las autoridades de nuestro país se han quejado ante las estadounidenses por el trato que nuestros indocumentados reciben en la Unión Americana. En México, sin embargo, los migrantes de otros países sufren una suerte bastante peor.
En 2010 se registraron hechos que enfatizaron ante el mundo los riesgos que corren los inmigrantes en México. En agosto fueron asesinados 72 indocumentados en una comunidad llamada San Fernando en Tamaulipas. En diciembre, entre 40 y 50 centroamericanos fueron secuestrados en Oaxaca. Hasta el momento de escribir este artículo no se sabía qué había ocurrido con ellos, pero se temía lo peor.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de nuestro país unos 18 mil inmigrantes son secuestrados cada año en México. El Instituto Nacional de Migración señala en cambio que en 2010 sólo recibió denuncias por el secuestro de 222.
En parte la diferencia en cifras es producto de que la función del Instituto Nacional de Migración es perseguir y deportar a los indocumentados. Éstos están tan atemorizados de los agentes de Migración, quienes no solamente los detienen y deportan sino que muchas veces los extorsionan o los vejan, que prefieren no acudir a las autoridades ante delitos o amenazas. La impunidad con la que los criminales atacan a los indocumentados es una consecuencia así del terror que infunden los agentes de Migración.
Como muestra basta un botón. Varios de los indocumentados que lograron escapar al secuestro masivo de diciembre en Oaxaca prefirieron esconderse antes que declarar ante las autoridades. Los que se presentaron a declarar, fueron detenidos por el INM para su deportación.
Lo mismo que las autoridades mexicanas les dicen a las estadounidenses podríamos decir nosotros a las nuestras. La migración ilegal no se detiene con sanciones ni con policías. De hecho, los migrantes pueden ser buenos para una economía.
México ha tenido siempre una política migratoria más restrictiva que la de Estados Unidos. Más de 30 millones de personas en la Unión Americana, el 12 por ciento de la población, nacieron fuera del país. La mayoría han podido llegar a Estados Unidos con tranquilidad, obtener sus papeles de residencia e incluso la ciudadanía. Una de las razones de la riqueza estadounidense es la aportación de estos migrantes. El gobierno de Estados Unidos recibe todos los años a cientos de miles de inmigrantes legales.
En México tenemos una política migratoria mucho más restrictiva. Menos de 0.5 por ciento de la población de México nació fuera del país. Quienes han nacido en el extranjero carecen virtualmente de derechos. Quizá una de las razones de la pobreza de México sea, precisamente, esa falta de aceptación de los inmigrantes que llegan a probar suerte en un país diferente.
Ya no es aceptable que nos quejemos de la política migratoria de Estados Unidos y mantengamos aquí prácticas mucho más restrictivas. México debería de dejar de utilizar dinero público para perseguir a los indocumentados y emplearlo para mejorar la seguridad del país... para beneficio tanto de mexicanos como de extranjeros.
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