La trayectoria del portero colombiano llegó a su fin, sin embargo, intentará recuperarse de su lesión para jugar un último partido, ante Pumas, en la fecha 14 del torneo.
La historia de Miguel Calero en Pachuca ha llegado a su fin después de 11 años, sin embargo, el portero colombiano se quiere ir jugando, por lo que tratará de recuperarse para disputar un último encuentro con el equipo hidalguense: ante Pumas en el estadio Hidalgo.
A sus 40 años y visiblemente emocionado, hasta llegar a las lágrimas, el guardameta consideró que es importante retirarse en buen estado de salud y agradeció al cuerpo médico de los Tuzos por sacarlo adelante en sus anteriores problemas de salud. "Es difícil decir adiós", comentó, y comentó que seguirá trabajando hasta el último día.
Calero agradeció a la institución y a la afición hidalguense por apoyarlo durante once años, así como a su familia, sus compañeros de equipo, los entrenadores que tuvo y a la directiva hidalguense. Reiteró que su retiro será oficialmente el 22 de octubre ante Pumas, en el Hidalgo, en la fecha 14.
"Ha llegado el momento de decir adiós. Si volviera a nacer me llamaría Miguel Calero, sería portero y jugaría en Pachuca", dijo Miguel Calero visiblemente emocionado.
El dueño del equipo, Jesús Martínez, destacó que el colombiano "cumplió todos sus objetivos, es el portero extranjero más ganador del futbol mexicano, por encima de Cristante", ya que obtuvo, en total, 10 títulos, entre los que destacan cuatro de liga y el de la Copa Sudamericana.
Martínez destacó la entrega del colombiano no sólo dentro del campo, sino fuera también, "ayudando a causas sociales y sirviendo de ejemplo". Le agradeció su entrega y le recordó que tiene un lugar seguro en el club.
Calero inició su carrera en el Deportivo Cali en 1992, de ahí pasó al Atlético Nacional en 1998. Llegó con los Tuzos del Pachuca en el Invierno 2000, para convertirse en un referente y símbolo del equipo hidalguense.