Un minuto de silencio no fue suficiente, fueron necesarios cinco para recordar a los más de 40 mil muertos que ha dejado la lucha anticrimen emprendida por el presidente Felipe Calderón. Con el silencio concluyó una histórica jornada que inició el jueves 5 de mayo, a las 7 de la mañana, en Cuernavaca, Morelos, y finalizó en el Zócalo capitalino con una exigencia clara y específica del poeta Javier Sicilia: la renuncia de Genaro García Luna y el apoyo demiles de mexicanos de todas partes del país. En el Zócalo se congregaron más de 20 mil personas. Agradeció en primer lugar el apoyo de la ciudadanía, de las organizaciones, de los pueblos que los recibieron en este periplo para exigir en silencio el cese de la violencia, la necesidad de la paz.
Ante un Zócalo abarrotado, con el lábaro patrio en duelo sostenido con sus manos, dijo: “No debe de haber más un lugar equivocado ni una calle equivocada, todos los lugares deberán ser el lugar adecuado y la hora adecuada”.
Aseguró que historias como la suya, la de un padre o madre que pierde a su hijo o hija, hay muchas. “Por el lado del crimen organizado o por la complicidad de las policías, por las omisiones de los gobiernos.
Yo quiero pedir antes de iniciar mi discurso, la renuncia del secretario de Seguridad Pública”, aseguró. Los asistentes al Zócalo capitalino respondieron con aplausos, al tiempo que desde lo profundo de la multitud iba creciendo una exigencia para hacerse un grito de miles de voces que al unísono, por casi un minuto, exigieron también la renuncia del presidente Felipe Calderón. Sicilia insistió en su discurso que es necesario un pacto social en términos de seguridad, justicia, derechos humanos y participación ciudadana.
“¿Cuándo y en dónde perdimos nuestra dignidad?”, preguntó Sicilia. Destacó que es indispensable combatir la delincuencia para no dejar a las nuevas generaciones un país desolado. “Nuestro México, nuestra casa, está rodeada de grandezas, pero también de grietas y de abismos que al expandirse por descuido, complacencia y complicidad nos han conducido a esta espantosa desolación”, dijo. El nuevo pacto social, dijo, tiene que ser un pacto que permita a los jóvenes “recuperar su presente y su futuro, para que dejen de ser las víctimas de esta guerra o el ejército de reserva de la delincuencia”.
La crítica del escritor no dejó piedra sin levantar y dijo que los partidos políticos tienen que cambiar pues están horadando y humillando a las instituciones republicanas.
Aseguró que todos los partidos, sin excepción, se han convertido en una partidocracia con vínculos con el crimen y sus mafias.Los partidos deben limpiarse pues de seguir así, en el 2012 “los ciudadanos tendremos que preguntarnos ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar?”.
Exaltó la necesidad de que los gobernantes de los tres niveles de Gobierno y las fuerzas políticas se den cuenta de que “están perdiendo la representación de la nación”, que de no hacerlo las instituciones quedarán vacías y los comicios federales del próximo año serán los de “la ignominia, una ignominia que hará más profundas las fosas en donde, como en Tamaulipas y Durango, están enterrando la vida del país”.
