Buenos bebedores y grandes católicos -en Irlanda una cosa va con la otra- son los irlandeses.
Los tres santos patronos de la isla, San Patricio, Santa Brígida y Santa Columba, dieron a sus habitantes el don de saber beber, que es alta y noble sabiduría. El whiskey (no whisky) irlandés es néctar, y ambrosía es la oscura y pesada cerveza Guinness, en cuya espuma puede usted escribir sus iniciales. Los médicos la recetan como medicina, y se le atribuyen virtudes taumaturgas que obran milagros en los altares de Afrodita.
Estos brindis me los enseñó mi amigo en Irlanda, John O'Boyle:
"Brindo por tu ataúd: que lo haga un viejo carpintero, que aún no nace, con la madera de un roble centenario que no ha sido plantado todavía''.
"Que tengas lo que el salmón: larga vida, gran potencia, y boca siempre húmeda''.
Y el mejor:
"Brindo por que llegues al cielo media hora antes de que el diablo se dé cuenta de que te moriste''.
Slainte!
Hasta mañana!..