Las baladas inglesas del siglo XIX, y por tanto las norteamericanas, son muy sentimentales.
Abundan las que cantan el dolor causado por la muerte de la joven amada. Ese tema se repite una y otra vez, y llega hasta el principio del siglo pasado.
Ahora esas baladas son tachadas de cursis. Hay demasiada sensiblería, señalan los críticos actuales, en ese monótono llanto por las muchachas muertas.
Pero tenemos un dato de estadística: en el tiempo en que esas baladas se cantaban, el 50 por ciento de las mujeres morían antes de llegar a los 23 años de edad, víctimas ya de las enfermedades, principalmente la tuberculosis, ya de complicaciones después de dar a luz.
De esto derivo yo una conclusión: nadie haga caso de las estadísticas sin ver antes lo que tienen de cursi, y nadie diga que algo es cursi sin antes ver lo que tiene de estadística.
¡Hasta mañana!..