Llegaron sin anunciarse y me dijeron:
- Somos las primeras letras.
Quedé confuso al oír esa declaración. Ellas la completaron:
- Habrá usted oído decir, por ejemplo, que Fulano estudió "las primeras letras" en la escuela tal. Nosotras somos esas letras.
Pregunté, vacilante:
- Y ¿en qué las puedo yo servir?
- Estamos buscando a las segundas, y a las terceras, y a las cuartas letras, porque sabemos bien que sin ellas no nos sirve de nada ser las primeras.
No pude ocultar mi admiración al oír eso. ¡Qué muestra de humildad! Casi siempre quienes se sienten los primeros piensan que no necesitan de los demás. Las felicité sinceramente, y les prometí que, aunque en nada soy primero, trataré de imitar su sencillez.
¡Hasta mañana!..