A veces me pregunto si la comedia no será simplemente la tragedia parada de cabeza.
Hay cuentos que no son para reír, sino para pensar.
He aquí uno de ellos:
"Desde la ventana del manicomio un loco veía pasar a los transeúntes. Después de largo tiempo de mirarlos le pregunta, compasivo, a uno de ellos: '¿Cómo se siente estar ahí dentro?'".
Algunos sonreirán con esta gracejada
Yo sonrío también, pero no tanto.
Luego me quedo pensando.
Pero -otra vez- no tanto.
¡Hasta mañana!...