John Dee recibió a un grupo de doctores en ambos derechos pertenecientes al claustro de Lovaina.
Les enseñó su biblioteca. En cada plúteo había un pequeño letrero indicador de la materia que los volúmenes de esa sección trataban: "Astronomía"... "Física"... "Álgebra"... "Música"... "Filosofía"...
Llegaron los visitantes a un librero cuya puerta, cerrada con doble llave, barras, fuertes candados, aldabas y cadenas de recios eslabones para evitar que alguien la abriera, mostraba un cartel mayor que los demás. Decía ese cartel: "Peligro". Uno de los doctores, temeroso, le preguntó a John Dee:
-Maestro: ¿qué guardas en ese librero?
Respondió el sabio:
-Ahí están los libros que los hombres llaman "sagrados".
¡Hasta mañana!...