La revista "Kirche", que aparece en Zurich, publica en su último número un artículo de Malbéne. No resisto la tentación de transcribir aquí una frase de ese controvertido teólogo:
"... En los primeros tiempos del cristianismo morían los cristianos y el cristianismo vivía. En nuestro tiempo los cristianos viven y el cristianismo muere...".
Malbéne explica su paradoja. La vida del cristianismo es el amor. Divididos ahora los cristianos en innumerables grupos distintos, y aun hostiles entre sí, el amor no tiene sitio entre ellos. "... Ni siquiera practican -añade Malbéne- ese modesto atributo del amor que se llama tolerancia...".
A nadie le agradará, seguramente, la afirmación del maestro de Lovaina. Pero ya lo ha dicho él otras veces: "Hablar de religión sin inquietar a la gente es ser sólo un charlatán".
¡Hasta mañana!...