La señorita Peripalda, catequista, les dijo a los pequeños: "¡Felices Pascuas, niños!". Les preguntó luego: "¿Saben ustedes qué significa 'Pascuas'?". Pepito alzó la mano: "Son dos golpes seguidos"...
Yo tengo las escrituras de mi rancho. Pero son falsas esas escrituras. El verdadero dueño de mi rancho es un buen viejo que se llama Dios. Como a mi rancho llego de visita -a donde llegues en la tierra, aun a tu casa, llegas de visita- el propietario, o sea Dios, tiene conmigo atenciones de anfitrión, y me regala cosas.
Esta semana que pasó me hizo dos regalos, aparte del amor y compañía que me regala siempre. Me regaló la flor de los ciruelos, y me regaló una gran luna llena, anaranjada como una naranja. La puso entre los dos picos de Las Ánimas y le dijo que se estuviera quietecita un rato para que mis nietos y yo pudiéramos mirarla bien.
Gracias por esa luna y esas flores. Gracias por esa semana santa como todas las semanas, como todos los días, tan llenos de Dios y de sus cosas. Gracias.
¡Hasta mañana!...