Este día se cumple el centenario del nacimiento de Fermín Espinosa, "Armillita". Se le llamó "El Maestro de Saltillo". Saltillense yo, me siento tentado de decir que es el diestro más grande que en el mundo ha sido. Pero el arte es la región de los iguales. Lo dijo Víctor Hugo cuando alguien le preguntó quién era mejor, Shakespeare o Cervantes.
Tuve la gloria de ver torear a Armilla, si bien ya en el crepúsculo de su vida torera. Tuve igualmente el honor de tratarlo. Dueño de todas las sabidurías, era dueño también de toda la bondad. Conchita Cintrón me dijo una vez que jamás oyó al Maestro hablar mal de otro torero, o de persona alguna.
Nació Armillita en el antiguo barrio del Águila de Oro. Muy cerca de su casa estaba la de nuestra familia. Mi padre fue armillista de corazón. Yo lo recuerdo lanzando al ruedo su sombrero en homenaje al supremo lidiador; aquel sombrero comprado con tanto sacrificio, al que mi padre no quería que le cayera ni una mota de polvo.
Cien años hace vino al mundo Fermín Espinosa, "Armillita", el Maestro de Saltillo. Un siglo más habrá de pasar antes de que a los ruedos llegue otro torero tan completo como él.
¡Hasta mañana!..