"Me sobra corazón para morir".
¡Qué frase! La dijo un soldado español que combatía en Italia en tiempos de Carlos Quinto. Un jinete enemigo le cortó el brazo de la espada con un tajo de la suya, y lo hizo caer del caballo. Fue hacia él y le intimó la rendición.
-No me rindo -respondió el de España-. Matadme, que si me falta brazo para luchar me sobra corazón para morir.
En efecto, se necesita corazón para afrontar la muerte. También se necesita corazón para afrontar la vida. Vida y muerte son una misma cosa, y ante ellas el corazón del hombre debe levantarse, para saber vivir la vida, para saber morir la muerte.
"Me sobra corazón para morir".
¡Qué frase! Me gustaría poder decirla yo.
¡Hasta mañana!...