Estas eran dos líneas paralelas. Las líneas paralelas, según los geómetras explican, no se unen ni aunque se prolonguen en el infinito.
Estas dos líneas, sin embargo, se enamoraron una de la otra. El amor, más poderoso que todas las geometrías, las unió con tal fuerza que las dos líneas paralelas se unieron en el infinito, y se volvieron una sola.
Ahí se encontraron con todas las líneas existentes: la recta, la curva, la abscisa, la transversal, la abierta, la cerrada, y varias líneas más de etcéteras.
La historia de estas dos líneas paralelas que se unieron en el infinito me enseña una lección: el Infinito es para que todos nos unamos.
¡Hasta mañana!..