Esto nadie lo sabe, pero originalmente el hombre tenía alas. Así lo hizo el Creador, semejante a los ángeles, con un par de hermosas alas blancas.
Sucedió, sin embargo, que Adán y Eva cometieron aquel pecado de desobediencia.
Tendrás que salir del Paraíso -dijo el Señor a Adán-.
El hombre agitó sus poderosas alas: volando con ellas -pensó- podría buscar otro paraíso.
Conocerás la muerte -siguió diciendo el Señor-.
Adán batió sus alas: con ellas podría alzarse y disfrutar la vida.
Y concluyó el Señor:
Deberás trabajar.
Fue entonces cuando a Adán se le cayeron las alas.
¡Hasta mañana!...