Adán se aburría.
(Algunos paraísos suelen ser muy aburridos).
El Creador -debo decirlo- se aburría también.
-¿Qué te sucede, Adán? -le preguntó al hombre.
-Me aburro, Señor -respondió él.
Pensó el Creador que lo peor que podía sucederles era una eternidad de aburrimiento.
Entonces hizo a la mujer.
Y ni Dios ni el hombre volvieron a aburrirse nunca más.
¡Hasta mañana!..