-No sabes nada de sintaxis, ni respetas la gramática. ¿Y así quieres ser escritor? ¡Lo serás el día que los cerdos vuelen!
Eso le dijo un mal maestro a aquel joven alumno que escribía sus primeros textos.
Pasaron los años -eso es lo que mejor saben hacer: pasar- y un día el burlón profesor adquirió un libro del cual todos hablaban, pues con él su autor había ganado el Premio Pulitzer. En la primera página del libro se leía un lema latino: "Ad astra per alas porci". La frase era también burlona. Significa: "A las alturas en alas del cerdo".
El libro: "Las viñas de la ira". Su autor: John Steinbeck, aquel muchacho que -dijo su maestro- jamás sería escritor, y que luego ganaría el Premio Nobel de Literatura.
De esta historia saco una conclusión: bien sé que los cerdos no tienen alas, pero sí las tienen aquellos que no se dejan amilanar por la torpeza y la maldad de quienes actúan como cerdos.
¡Hasta mañana!..