Don Juan llegó al Cielo, y San Pedro le negó la entrada a la morada celestial.
-¿Por qué? -preguntó el sevillano.
-Amaste a muchas mujeres -respondió con tono acusatorio el apóstol de las llaves.
-Te equivocas -replicó don Juan-. Cuando amaba a una no pensaba en ninguna otra. ¿Cuántos hombres hay que pueden decir eso? Además, en todas las mujeres amé a una sola: la Mujer.
San Pedro se rascó la calva.
-Caramba -dijo vacilante-. Esos argumentos apenas Tomás de Aquino los podría rebatir. Y aunque está aquí, en el Cielo, él no conoció el cielo que conociste tú.
¡Hasta mañana!...