Adán era vanidosillo.
(¿Sorprenderá que todos sus descendientes hombres lo sean también, hasta la fecha?).
Se creía superior a Eva porque -decía con jactancia- Dios lo hizo primero.
(Ignoraba que él fue un ensayo que realizó el Creador antes de hacer su obra maestra, la mujer). El Señor quiso darle una lección de humildad, y le pidió que leyera al revés su nombre, y el de su compañera.
Leyó Adán el nombre de ella, y Eva quedó en ave.
Leyó el varón su propio nombre, y quedó en nada.
-A veces -le dijo el Creador a Adán- las palabras dicen más cuando las leemos al revés que cuando las leemos al derecho.
¡Hasta mañana!...