Empezó la partida, y el jugador que movía las piezas blancas avanzó su peón de rey. El que movía las piezas negras hizo su movimiento y dijo: -Jaque.
-¿Jaque? -se sorprendió el primero-. ¡Pero si apenas acaba de empezar el juego!
-Jaque -repitió el otro con sombría voz.
En efecto, el jugador se dio cuenta de que, por alguna extraña combinación en el tablero, estaba en jaque. Salió de él, pero el que movía las piezas negras volvía a decir en cada jugada: "Jaque". Finalmente, en la última anunció: "Mate".
El primer jugador preguntó, desesperado:
-¿Quién eres tú, que desde el principio de la partida me tuviste en jaque perpetuo?
Respondió el otro jugador:
-Algunos me llaman la Muerte.
¡Hasta mañana!...