La profesora le informó a la mamá del niño que el pequeño inventaba cosas raras. Un día le contó que su pececito se había salido de la pecera, y moviendo sus aletas voló hacia la Luna, pues la tomó por otra pecera más grande y más hermosa. Otra vez le dijo que las ramas del árbol que estaba junto a su ventana se asustaban con las sombras que al mover sus brazos con el viento hacia él por la noche.
-Me temo -le dijo la maestra a la señora-, que tu hijo va a ser muy mentiroso.
-Yo me temo algo peor -respondió la madre con pesaroso acento-. Creo que mi hijo va a ser poeta.
¡Hasta mañana!...