El Señor hizo la tierra, y de la tierra formó a Adán.
Le dijo Dios al hombre:
-Así como a mí me llamas Padre, a la tierra deberías llamarla Madre, pues de su seno vienes. Ella te nutrirá también, como hacen las madres con sus hijos. Le debes amor, entonces; le debes respeto, y aun adoración. Trátala, entonces, como un hijo trata a la madre que le dio la vida y se la sigue dando.
Adán entendió lo que le decía el Creador, y desde entonces la frase "Madre Tierra" tuvo un nuevo sentido para él.
¡Hasta mañana!...