El número uno era soberbio.
Se sentía el número uno.
Cierto día, sin embargo, advirtió la presencia del número dos.
Con él pudo entonces hacer el número 12. Con el 3 hizo el 13, y el 14 con el 4. Se empezaron a hacer así todos los números, incluso el 1.234.567.890.
El número uno se percató de la infinita serie de números que con aquellos números era posible hacer, y dijo:
-Ahora sé que todos somos el número uno.
¡Hasta mañana!...