EL DÍA DE HOY estará en esta ciudad el secretario de Gobernación, Francisco Blake, para atender los llamados y reclamos que sobre la inseguridad han hecho todos los sectores y grupos económicos de esta Comarca.
Con anterioridad y con el mismo fin nos visitó el entonces jefe de la seguridad interna del país, Fernando Gómez Mont. Para Blake esta sería su segunda incursión en esta insegura ciudad. Las dos anteriores sin ningún resultado.
COMO SE COMENTÓ en la columna anterior, fue el artero asesinato de un conocido empresario agropecuario, productor de leche y socio de una de las empresas de lácteos más grandes del mundo, lo que originó la movilización de los sectores locales ante la impunidad de la criminalidad. No se trató de un crimen perpetrado en las calles; no fue un “levantón”, no fue un asalto en la vía pública.
Los asesinos penetraron hasta el interior del domicilio particular y ahí acribillaron al empresario.
POCO O NADA esperamos de esta tercera visita de un secretario de Gobernación. Tampoco de las autoridades del Gobierno del Estado de Coahuila y ni del Municipio. Estas entidades públicas se están enfrentando a un fenómeno criminal totalmente desconocido para ellas y respecto del cual no tienen ningún antecedente o experiencia. Como quien dice, están caminando en medio de la oscuridad y dando palos de ciego a diestra y siniestra.
TENEMOS muy poca fe en esta tercera reunión pues es de sobra conocida la perpetua desunión de los grupos empresariales de la localidad que lo único que finalmente buscan, algunos de ellos, es el lucimiento personal. En este tipo de reuniones hay dirigentes que se levantan henchidos de protagonismos y egos, sin importarles llegar a reventar la mejor y más bien intencionada reunión, solamente para llegar a figurar en los medios al día siguiente.
POR LO PRONTO el Estado mexicano a sus tres niveles ya dejó demostrado y a la luz pública, que no tiene la capacidad para resguardar la vida de los mexicanos ni en sus propios domicilios. Aquello de ‘no salgan ustedes por la noche’ o los llamados ‘toques de queda’ convencionales o voluntarios, han quedado obsoletos y anacrónicos. Ahora cualquier ciudadano puede ser asesinado en el mismo interior de su domicilio y no pasa nada.
LAS POLICÍAS se vienen limitando tal y como si se tratara de un fanático coleccionista, a recoger cartuchos percutidos de todos y los más variados calibres, para declarar al canto: ¡Se están practicando ya las investigaciones del caso! La triste realidad es que de cada cien homicidios solamente tres o menos llegan a los tribunales, los otros noventa y siete quedan impunes.
EN ESTAS CONDICIONES, el Estado viene demostrando una vez más su impotencia para afrontar este fenómeno y su incapacidad técnica para investigarlo y resolverlo. Pedirle más policías y patrullas federales o más soldados y camionetas artilladas al Gobierno Federal, en poco ayudaría, pues no es atropellando a los delincuentes con vehículos como se puede ganar esta guerra. Se necesita más que nada: investigación y servicios de inteligencia.
PARA TENER UNA MEDIDA de la dimensión del problema que enfrentamos, nada más pensemos que los Estados Unidos para atrapar finalmente al terrorista Osama bin Laden, tuvieron que esperar más de diez años y eso utilizando altísima tecnología, logística e investigación.
TODA LA CIUDADANÍA espera que de esta reunión con el secretario de Gobernación salga algo inteligente que atempere la criminalidad en esta ciudad y abata, aunque sea en parte, la impunidad.
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