PARA EL GOBERNADOR Del Estado de Durango, el problema de las narcofosas y los casi 220 cadáveres encontrados en la ciudad capital, corresponde resolverlo a la Federación, no al Gobierno que dice encabezar.
A JORGE HERRERA CALDERA No le importa tanto la mera identificación de los enterrados, como el encontrar a los asesinos. Lo que no aclaró de manera específica es si los criminales tendrán que ser buscados por la Federación o por las autoridades del Ministerio Público local.
LA CIUDADANÍA SABEDORA Y conocedora como van las cosas de palacio (siempre muy despacio), están ciertas que ni en mil años logrará el Gobierno de Durango aclarar ninguno de los homicidios. Todos pasarán a formar parte del enorme archivo de la impunidad.
Y SIGUIÓ Don Jorge Herrera Caldera: "Esta situación es producto del crimen organizado y compete al cien por ciento a la Federación, pero estamos haciéndolo conjuntamente porque en estos temas no se vale echarnos la pelotita, tenemos que ser corresponsables, yo estoy cooperando al cien por ciento en todo lo que a mí me toca para que la Procuraduría, el Ejército y la Policía Federal haga su función y estamos trabajando".
DESPUÉS EN Un acto de humorismo involuntario, sentenció: "Que es necesario contar con denuncias ciudadanas porque no se puede establecer el número de desaparecidos que hay en la entidad, a falta de las mismas". Este último y lamentable párrafo ya traducido al español significa más o menos lo siguiente: que los familiares deberán presentar formales denuncias sobre su parentela desaparecida y que además, deberán señalar aunque sea tentativamente, en dónde podrían haber sido enterrados sus parientes para facilitar así su localización.
AL GOBE SE LE OLVIDÓ Que el delito de homicidio previsto en el Código Penal de Durango y de cualquier otro estado medianamente civilizado se persigue de oficio, con más razón si se tiene a la vista las osamentas de las víctimas.
CON LO QUE ESTAMOS Viendo y lo declarado por el ejecutivo del estado de los alacranes, no se puede llegar a otra conclusión que su Gobierno se encuentra totalmente impotente y rebasado, no ya para resolver los crímenes, sino para meramente palearlos.
POR LO PRONTO La ciudadanía en un acto de democracia pura, podría empezar a revisar las promesas de campaña que como candidato hizo con relación a la inseguridad y las fórmulas que ofreció para resolverla.
LOS ELECTORES Ya no quieren promesas y menos sobre los problemas de inseguridad. Este es el reclamo más sentido de la sociedad. Las obras materiales pueden esperar, la inseguridad es actual y de urgente resolución.
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