L INCONVENIENTE no es tanto el punto de vista de si sirven o no sirven realmente; lo peligroso es la nociva publicidad que se les hace en los medios, muy especialmente en la televisión abierta y de paga vía cable. Bajo esta realidad de tipo social y de salud, subyace un problema de cultura y educación. En esa línea, es el Gobierno de Felipe Calderón quien con más inteligencia le ha pegado a los productos médicos llamados "mágicos cura todo".
LAS TELEVISORAS han encontrado un nicho muy productivo de publicidad en los anuncios de productos que curan en 24 horas, desde el cáncer, hasta cualquier otra enfermedad que afecte al cuerpo humano. Las televisoras con un nulo respeto para sus favorecedores, aseguran que sus menjurges y productos que se prestan a anunciar, pueden hacerlo bajar a usted decenas de kilogramos de peso en unos pocos días y hasta en horas, siempre que usted compre unos estrafalarios zapatos que aseguran irradian ondas magnéticas que queman definitivamente las grasas en el abdomen, caderas y pompis.
SON LAS SEÑORAS gordas las más afines y fanáticas de estos productos que se han convertido, por una parte, en enormes fraudes para el público y por otra, en peligrosísimas sustancias para la salud de los que las consuman. Los gordos olvidamos que es por la boca por donde entra la obesidad. Tenemos a la vista y para recordar, aquellos terribles centros de concentración para los judíos de los asesinos de Hitler, en donde no se daban dietas, medicinas para adelgazar o estudios sobre el metabolismo y sin embargo de pura hambre estaban todos delgados a punto de la muerte.
POR LO PRONTO La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios ha decomisado en año y medio más de 320 mil productos milagrosos, que de haber llegado al mercado de los incautos consumidores, habrían provocado daños irreparables en su saludad pública.
EN ESA LÍNEA el director de Cofepris está trabajando para formar un frente común contra los productos "milagro" y las empresas nacionales y extranjeras que los fabrican, venden y publicitan; pero nada de lo que se haga tendrá los resultados esperados, si el público no se pone alerta, reacciona y razona sobre los medicamento milagro que le presenta la televisión. En este punto, es la ignorancia del público el mejor socio de los vivillos que fabrican los productos "curalotodo".
LAS TELEVISORAS, sus repetidoras tanto las abiertas como las de paga deberían asumir una actitud responsable ante la sociedad y sus televidentes. Su actitud es a todas luces inmoral, de complicidad y de meros mercachifles, lo que habla de su poca ética que finalmente reducen a dinero y más no importa que sus ingenuos televidentes finalmente se jodan.
QUIZÁ LA COFEPRIS debería iniciar una campaña en las mismas televisoras, denunciando, como si se trata de un anuncio comercial, las mentiras y falsedades de los productos milagros que publicitan los mercachifles, y así poner en alerta al público sobre los daños irreversibles que su salud puede padecer de usarlos.
