EN SU ÚLTIMO LIBRO el analista y periodista Andrés Oppenheimer intitulado "La Obsesión Latinoamericana por el Pasado y las Doce Claves del Futuro", dice: "¿Es saludable esta obsesión con la historia que nos caracteriza a los latinoamericanos? ¿Nos ayuda a prepararnos para el futuro? ¿O por el contrario, nos distrae de la tarea cada vez más urgente de prepararnos para competir en la economía del conocimiento del siglo XXI?
SI DE ALGO PECAMOS los latinoamericanos y muy especialmente los mexicanos, es nuestra terrible afición a revisar reiterativamente nuestro pasado histórico, los personajes protagonistas de nuestra historia, sus hechos, los sucesos acaecidos y los prolegómenos que vivieron nuestros antepasados durante desde el fallido imperio Azteca, durante la Colonia, la lucha de Independencia, la Reforma y la Revolución.
TODO ESTO NOS DISTRAE de una u otra manera, de lo que es nuestra máxima prioridad como nación: mejorar los sistemas educativos. La fría realidad es que en este siglo XXI de la globalización, la competencia, la productividad y la tecnología, el país que no esté preparado para afrontar estos fenómenos que ya están a la vista, irremisiblemente se quedará rezagado con todos los terribles costos y peligrosas consecuencias políticas, económicas y sociales que ello representa.
LOS INTELECTUALES mexicanos se solazan y hasta con morbo, revisando y analizando los actos de uno de sus personajes favoritos y al cual le han dedicado miles de libros, ensayos, estudios, etc. Hernán Cortés el conquistador del imperio Azteca; que si fue un sanguinario; que si no lo fue; que asesinó a la esposa la Maircada Juárez; que no la asesinó, que se enfermó de un atracón de alimentos; que no quería a los indios; no, que sí los quería, y así hasta no parar.
OTRO PERSONAJE MUY A MODO de nuestros revisadores del pasado, lo ha sido Antonio López de Santa Anna; que si fue o no traidor; que se quedó dormido en San Jacinto; que no se quedó dormido; que las batallas contra los Estados Unidos las perdió de adrede; que vendió 2.4 millones de kilómetros cuadrados a los vecinos; que no las vendió, que se los robaron los gringos; que fue un acto forzoso ante una guerra perdida y así hasta el infinito.
OTRO DE SUS PERSONAJES FAVORITOS ha sido Don Benito Juárez, él ha sido escudriñado hasta en su ropa interior y en sus más íntimos secretos en miles de libros, ensayos, estudios etc. Cuáles fueron sus relaciones con el clero, con los masones, su vida privada, el tratado MaClein-Ocampo, que si fue un traidor; que si no lo fue; si se vendió o no a los Estados Unidos para poder ser reconocido como presidente.
OTRO MANJAR de los visionarios del pasado ha sido el general Porfirio Díaz, que si fue un sanguinario dictador; que no lo fue; que si creó las instituciones en este país; que fue el verdadero restaurador de la república y quien puso a México en el concierto de las naciones; que no, que fue un asesino pretoriano que gritó el "mátalos en caliente" y así hasta el infinito.
HOY DEBEMOS MIRAR PARA ADELANTE. No podemos seguir recreándonos en una historia que es pasado y que por lo mismo ya no existe. Necesitamos pensar en el presente y mejorar sustancialmente la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación, cosa que no es tampoco imposible. Hay que inventar nuevos productos y eso solamente se logra con una mejor calidad educativa.
