EN SEGUIDA pasaremos a listar el calendario de la muerte producto del crimen organizado en nuestro país, lo que pone de manifiesto, el estado de descomposición de la sociedad, la consumidora de estupefacientes y de los grupos delincuenciales, los que proveen a la sociedad de esos estupefacientes.
SEGÚN información de la Presidencia de la República, de 2006 a 2011, los diez municipios más violentos han sido: Ciudad Juárez, Culiacán, Tijuana, Acapulco, Gómez Palacio, Torreón, Mazatlán, Nogales y Durango. El total de homicidios en el país ha sido a la fecha de 34,612, los 99 por ciento ligados o conectados con el crimen organizado y la propia guerra que libra el gobierno federal y las policías estatales.
CONVENIENTE es aclarar, que los muertos no han sido originados por las acciones del Ejército, la Marina, la Policía Federal o las estatales. Los 34 mil muertos son producto de la propia guerra interna que se traen los diferentes cárteles entre sí para conseguir o mantener sus áreas de influencia. Los muertos corresponden exclusivamente a las diferentes bandas.
LOS CÁRTELES no han declarado la guerra al gobierno de México, ellos se han declarado la guerra entre sí, aunque esa guerra se han llevado por delante la vida de muchos inocentes. Lo hemos dicho en este espacio varias veces: la existencia del crimen organizado se debe única y exclusivamente a la demanda de drogas que existe en nuestra sociedad. Sin demanda no existiría el narcotráfico y es ahí, en donde estado y sociedad deberían enfocar sus preocupaciones haciendo programas integrales para prevenir el consumo.
ME RELATABA un amigo, que un pequeño vendedor de estupefacientes le presumía que hacía su agosto, cuando en un acreditadísimo centro de estudios superiores de nuestra ciudad de altísimas colegiaturas, organizaban alguna reunión o evento, pues llegaba a vender hasta 500 dosis.
UNO se preguntaría: ¿Y los padres de esos universitarios? ¡Pues quejándose de los muertos, del crimen organizado y echándole la culpa de los males a todo el mundo!, menos a ellos mismos, en la parte que les corresponde. Padres descuidados, hijos adictos.
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