Cuidado con el miedo
Las 19:40 horas cuando en la cancha del Territorio Santos Modelo, la casa del equipo que representa a esta Comarca Lagunera dentro del Torneo de Primera División, empezaron a oírse disparos de pistolas, de escopetas, de armas largas y se dice hasta de una granada. En ese momento quienes estábamos viendo por televisión el partido y los asistentes al estadio, no podíamos entender qué estaba sucediendo en la cancha ni tampoco la razón por la cual se suspendía el espectáculo deportivo.
Los 22 jugadores y árbitros, salieron corriendo despavoridos rumbo a los túneles de los vestidores. Es de justicia señalar la conducta asumida por algunos jugadores del Santos que se precipitaron primeramente sobre las butacas para tratar de proteger a sus familias.
Y de reconocerse la manera cómo más de 20 mil aficionados presentes en el estadio, se comportaron durante el incidente. Los laguneros no cayeron en pánico ni en estampidas que hubieran sido mortales para los fanáticos del futbol. A esto ayudó sin duda que el estadio no haya tenido mallas que separen el campo de los aficionados.
Subyace detrás de este tipo de sucesos que por desgracia ya puso a esta nuestra aporreada Comarca en los encabezados de todos los periódicos del mundo y para mal, es una provocación más del crimen organizado para sembrar el miedo en la población.
De asesinar a los policías municipales ha sido la última estrategia de los criminales. Su modus operandi se sustenta en el factor sorpresa y ha venido manifestándose en ataques, provocaciones o "cocorear", como se dice coloquialmente, a patrullas solitarias o que se topan de manera accidental y mediante ráfagas de balas sobre los edificios e instalaciones policiacas para huir de inmediato. El reconocimiento a esos policías municipales que carentes de todo equipo y armamento vienen enfrentándose al crimen y al Ejército Mexicano que salvaguarda la seguridad de todos en este país.
De cualquier otra consideración, el daño ya ha sido hecho a nuestra queridísima Región Lagunera y a Torreón muy especialmente. Por primera vez a todo color y en cadena nacional, México vio cómo es realmente el "miedo". Por lo pronto, el golpe mediático del crimen organizado se cumplió con creces; pero ello no quiere decir que la población (un millón de habitantes) se deba dejar intimidar ni autoimponerse toques de queda. Los laguneros no cayeron en pánico o en irracionales estampidas; por el contrario, se comportaron a la altura de las circunstancias y valor ante un peligro indefinido que únicamente se sentía a su alrededor, pero que no se podía definir ni localizar. Bien por esos laguneros.
Deberemos comportarnos todos. El miedo no puede ni debe abatir esta Región que con tantos esfuerzos y salvando tantos peligros construyeron en medio del desierto los hombres que nos antecedieron. Sin duda la lucha contra los criminales será larga, costosa y penosa; pero bajo un principio insoslayable: ¡Ellos no pueden ganar!
