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Moreira: bases llenas y sin 'pitcher' de relevo

JOSÉ CARREÑO CARLÓN

Las guerras de lodo, que no dejan lugar para el juego limpio, dominan las descarnadas luchas por el poder en curso. Y este panorama podría estar alcanzando marcas más destructivas e irracionales, aunque usted no lo crea, por el hecho de que los políticos mexicanos de hoy no saben de beisbol o, sabiendo, pasan por alto sus reglas básicas.

Un ejemplo está en esa especie de decisión conjunta de los dos priistas percibidos por los medios como los más influyentes en su partido, Peña Nieto y Beltrones, para que sea el propio Moreira el que decida el momento de su salida de la presidencia del PRI. Es como si Tony LaRussa hubiera esperado a que sus "pitchers" decidieran dejar el juego para hacer los cambios que llevaron a los Cardenales a ganar la Serie Mundial hace 10 días.

Ese acuerdo Peña-Beltrones muestra a un equipo sin mánager, o a un PRI contrario a las mejores prácticas del rey de los deportes: con un lanzador habilitado como mánager y con los jugadores divididos entre quienes se proponen manejar al manejador y quienes se aprestan a echarlo abajo y sustituirlo en la loma de las responsabilidades.

El problema es que estos lanzadores-"mánagers" nunca ven el momento de bajarse del montículo. Se resisten a entregar la plaza. Y esa doble condición lleva a quien la encarna a aferrarse al cargo, mientras llueven las carreras del contrario. Pero también mientras el "pitcher" se ve cada vez más vulnerado -como Moreira- y se sabe aún más vulnerable para enfrentar lo que le espera, tanto en los siguientes turnos al bat del adversario como en algunos movimientos del equipo supuestamente propio.

- ¿Dónde está el "mánager"?

Y así, con todo y las preferencias electorales en su favor, que todavía hoy duplican las del PAN y triplican las del PRD, el PRI se perfila una vez más como uno de esos equipos que, gracias a jugadas individuales, alcanzan impresionantes ventajas hasta la séptima entrada, pero pueden y suelen derrumbarse de allí al final del juego.

Y es que no hay equipo capaz de enfrentar este séptimo y fatídico episodio -del que hablaba Buck Canel, el célebre cronista cubano de las Grandes Ligas- por más espectaculares que sean o parezcan sus grandes individualidades, si falta una estrategia compartida; si no hay un "mánager" con sangre fría y poder de mando, y si se carece de lanzadores de relevo confiables, calentando en el "bullpen".

Y allí está Moreira, con las bases llenas de adversarios, frente a bateadores que él sabe que están decididos, armados y preparados para apalearlo y acabar con él, lo mismo que con la estrella de su equipo. Y todavía no aparece un "mánager" en la loma para, al menos, acompañar al acosado lanzador.

Tampoco se ven los "coaches" que descifren las señales que manda el favorito presidencial para la candidatura panista, Ernesto Cordero, y que parecen anunciar toletazos del mayor calibre no sólo para hundir al serpentinero priista, sino para dejar en el terreno a su candidato estelar.

- ¿Por Peña o por Moreira?

Mucho menos se vislumbra una estrategia mínima de prevención y control de daños. El "bullpen" se muestra desierto, sin lanzadores de relevo en labores de calentamiento. Y, en cambio, junto a su jugador más valioso, el puntero absoluto en las intenciones de voto, Peña Nieto, aparece un retador interno sin votos, es decir, con muy modesto porcentaje de bateo y pobre fildeo para el equipo, pero con muy buenos números a la vista de los equipos contrarios al suyo y al de Peña.

Ante la esperada ofensiva presidencial contra el aspirante estelar de su partido, Beltrones podría aún alentar la pretensión de eventualmente sustituirlo, con bastantes menos probabilidades de ganar la elección de julio. O podría ser llevado a la loma de los disparos en sustitución de Moreira, con el riesgo inicial de que el nuevo lanzador no sea confiable para el resto del equipo, más el riesgo adicional de que sus simpatizantes de fuera, que lo eran porque desafiaba a Peña, dejen de serlo al presidir el partido de Peña.

No es fácil, pero así es esto del beisbol.

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