El movimiento contestatario marroquí "20 de febrero" (20F) explicó hoy que su llamamiento al boicot de las elecciones legislativas del viernes es un arma para luchar contra un Gobierno que "sigue aplicando los mismos esquemas que en el antiguo régimen despótico de Hasán II".
Durante una rueda de prensa en Rabat, el 20F criticó la continuidad de unas prácticas en la organización del escrutinio (que sigue en manos del criticado ministerio del Interior) y "haciendo callar a toda persona o entidad que se niegue a jugar su juego".
A dos días de la celebración de las elecciones, el movimiento indicó que hoy por hoy "todos los símbolos de los años negros de la historia de Marruecos continúan ocupando puestos de alta responsabilidad y la corrupción y los métodos mafiosos carcomen todo el país", y citó los nombres de los altos cargos de la Gendarmería y las Fuerzas Auxiliares.
Por estas y otras razones los activistas denuncian que "toda ilusión de cambio propuesta por el régimen político marroquí se disipa. Las prisiones marroquíes rebosan de detenidos políticos y de opinión, persisten las amenazas contra los militantes y se ahoga a la prensa independiente siempre bajo las órdenes del 'majzen' (la denominación histórica del sistema político marroquí)".
El periodista y miembro del movimiento, Omar Radi, que habló en nombre del 20F, dijo que las autoridades intentan acallarlos y les acusan de "homosexuales, de ser espías de Argelia, de romper el ayuno de Ramadán en público", todo ello a través de "falsos procesos" y con ayuda de "matones" que atacan a sus activistas.
Radi aseguró que durante la campaña de boicot se han producido "105 casos de ataques físicos y de acoso tras los interrogatorios a los activistas", y comentó que "la tortura en los centros de detención marroquíes es una práctica que persiste".
Según Radi, "boicotear las elecciones es la única salida del movimiento" y destacó la esperanza que pone el 20F en una baja participación de los comicios.
La rueda de prensa del 20F se produce cuando faltan menos de dos días para unos comicios que no parecen despertar un gran entusiasmo, al menos en las calles marroquíes, donde es difícil observar la actividad típica de una campaña electoral.
Dos de los principales contendientes en estos comicios, el islamista Abdelilah Benkirán y el liberal Salahedín Mezuar, no harán campaña -según sus asesores de campaña- en el último día, el jueves, pese a que en Marruecos no existe nada parecido a una "jornada de reflexión".
El analista e historiador Maati Munyib, publica hoy en el sitio electrónico lakome.com un artículo en el que sugiere que una victoria de los islamistas del PJD puede ser lo más perjudicial para el 20F, ya que "daría una especie de credibilidad a las reformas que promete el Rey, sin que este partido sea capaz de cambiar la esencia del régimen".
Por el contrario, una victoria de la "Alianza por la Democracia" (bloque de corte liberal integrado por ocho partidos que el analista define como "monárquico") será el mejor regalo que el régimen dé al movimiento opositor, que demostró el pasado 20 de noviembre ser capaz de movilizar fuertemente la calle en decenas de ciudades".
Con esto, Munyib confirma una percepción instalada entre numerosos observadores: las simpatías del Palacio por la alianza liberal encabezada por Mezuar, única que hoy aparece con capacidad de derrotar a unos islamistas que tienen buena reputación por estar todavía "vírgenes" en las tareas de Gobierno.
